Un café con... Carlos de las Heras

Carlos de la Heras, Responsable de Europa y Oriente Medio en Amnistía Internacional España, profundiza en la contribución de la organización en los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, proporcionando un análisis de su evolución en los últimos meses. El miembro de la organización de derechos humanos destaca la relevancia del papel de la comunidad internacional y la Unión Europea, e insiste en la importancia crucial de lograr un alto el fuego en ambas guerras. Aquí Europa- ¿Cuál está siendo la contribución de Amnistía Internacional en los dos conflictos geopolíticos destacados de los últimos meses, específicamente en el conflicto en Oriente Medio y la invasión rusa de Ucrania?

Carlos de la Heras- En primer lugar, es importante destacar que quizá estos dos conflictos, lo que estamos viviendo ya desde hace prácticamente dos años en Ucrania, y la escalada de violencia de la que somos testigos desde el pasado 7 de octubre del año 2023 en Gaza, son conflictos que vienen ya de lejos, es decir, no son cuestiones que hayan surgido de la nada, son situaciones de violencia, de violaciones de derechos humanos que se han ido enraizando y de las que estamos viendo las consecuencias y las causas directas en este último año, sobre todo.

Esto no nos puede hacer dejar de lado que existen otros conflictos, quizás más olvidados o no tan mediáticos, como por ejemplo lo que sucede en Yemen, que ahora en relación al conflicto de Gaza está cobrando más actualidad por los ataques a los barcos, a los medios de transporte, por los ataques que Estados Unidos o Reino Unido están llevando a cabo también sobre las milicias hutíes o conflictos en África, como en Somalia, en Sudán del Sur, etcétera. Otros conflictos que como digo, quizá pasan más desapercibidos, que están un poco más olvidados, pero son igualmente importantes.

En relación al papel o a la función que tiene Amnistía Internacional, nuestro trabajo principal consiste en investigar y documentar todas las violaciones de derechos que ocurren en estos conflictos. Es decir, tratamos de estar presentes en la zona. En el caso de Ucrania hemos tenido y tenemos varias misiones continuas que están analizando, documentando, recogiendo pruebas de las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 y en el caso de Israel, Gaza y los territorios palestinos ocupados, tenemos personal también destacado en la zona, sin embargo, dentro de Gaza ahora mismo es muy complicado llevar a cabo investigaciones, llevar a cabo documentación de violaciones de derechos humanos por el blackout , por las barreras, por las dificultades que están imponiendo las autoridades israelíes. Es muy difícil entrar en Gaza, por no decir imposible, y la gente que está dentro, pues se está exponiendo y está poniendo en riesgo su vida, ya no solo para poder sobrevivir, que ahora mismo es lo principal, sino para poder enviar información al exterior.

Igual que en medios de comunicación, organizaciones como Amnistía o Human Rights Watch, u otras organizaciones de derechos humanos, estamos teniendo muchísimos problemas a la hora de documentar esas violaciones de derechos humanos. Y esto es más o menos la base de nuestro trabajo, el documentar, el investigar, el conservar esas pruebas para que los responsables de estas violaciones de derechos humanos pueden ser llevadas ante la justicia.

AE- Tú mismo has comentado que estos conflictos realmente no son tan recientes como tendemos a pensar muchas veces, pero sí es cierto que la agresión Rusa lleva en el foco más tiempo, desde febrero de 2022 . D esde ese momento, ¿cuál dirías que ha sido el desarrollo de l conflicto?

CH- Bueno, pues en el conflicto de Rusia y Ucrania la situación ha pasado por distintas fases. Una primera fase en la que las violaciones de derechos humanos, los ataques de Rusia sobre Ucrania han sido de carácter indiscriminado, incluso se han llegado a cometer crímenes de guerra, que es algo totalmente perseguido por el derecho internacional de los derechos humanos. Se han atacado infraestructuras, en muchos casos infraestructuras civiles, como hospitales, escuelas, otros centros educativos, mercados, etcétera. Estos son crímenes de guerra y esto ha sucedido sobre todo en esa primera fase que tuvo lugar a mediados del mes de febrero de 2022.

Luego hemos pasado por una fase un poco más de punto muerto, por así llamarlo, en la cual los ataques continuaban. Ucrania, gracias sobre todo al apoyo exterior, ha conseguido defenderse de este ataque, de este ataque de agresión y las fuerzas se han igualado un poco más.

En la actualidad, y esto es importante, en los últimos meses, desde el mes de noviembre del año pasado, Rusia ha redoblado sus esfuerzos y se están incrementando mucho más los ataques igualmente sobre zonas civiles, sobre edificios civiles, edificios de viviendas, como decía, centros de salud, etcétera, etcétera. Esto ha venido más o menos en paralelo a todo lo que sucede en Gaza tras los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre.

AE- Comentas que los ataques de los últimos meses han venido en paralelo a lo que está ocurriendo en Gaza . L as bases y orígenes de cada conflicto son diferentes, pero ¿qué similitudes o qué diferencias principales dirías que hay entre los dos?

CH- Pues la similitud más evidente es que las grandes víctimas son ya no solo en Ucrania, ya no solo en Gaza, en todos los conflictos armados las grandes víctimas es la población. Población que no tiene ningún tipo de culpa, ningún tipo de responsabilidad en todo lo que está sucediendo. Población que se lleva la peor parte, que se ve obligada a abandonar sus hogares, dejar atrás sus vidas, tratar de buscar refugio o en el peor de los casos, a simplemente intentar sobrevivir porque no pueden ni siquiera salir de las zonas en las que están siendo atacados. Esto lo estamos viendo en Ucrania y lo hemos visto en Gaza y lo seguimos viendo a día de hoy, esa es la gran similitud, la poca protección que tiene la población civil.

Por otra parte, diferencias que puede haber, una de las grandes diferencias es el trato de las personas. Y en este caso quiero hablar, por ejemplo, de las personas refugiadas. Lo hemos visto en otros conflictos, como por ejemplo en Siria. Cuando se ocasionó una de las peores crisis de personas refugiadas, el mundo miraba hacia otro lado. En vez de responder con aprobaciones de solicitudes de asilo, con el reconocimiento como personas refugiadas, a muchas de ellas se les negó. En el caso de Ucrania, hemos visto una ola de solidaridad tremenda con las personas que quieren y tratan de salir de Ucrania. En este sentido, la respuesta de la comunidad internacional ha sido ejemplar, por ejemplo, de la Unión Europea. Se han activado directivas de acogida especiales, directivas que hacía muchísimos años que no se activaban, no se han activado para el conflicto de Siria, no se han activado para, por ejemplo, gente que viene de Afganistán o de otros países en conflicto. Y, sin embargo, sí se ha hecho para el caso de Ucrania. Este es el camino a seguir.

En el caso de gente que trata de salir ahora mismo de Gaza, se dan bastantes más dificultades. Una es que muchísima gente no quiere salir, no quiere abandonar sus casas, no quiere abandonar su Estado, su país, su territorio. Las personas que salen salen con cuentagotas, y en este sentido la respuesta de la comunidad internacional todavía está un poco por esperar. No se están poniendo grandes dificultades, esto es la verdad, pero aquí el problema es que mucha gente no puede salir de Gaza. Las órdenes de evacuación por parte de Israel llegaron para que se evacuara primero el norte de la franja de Gaza, ahora en el sur de la franja de Gaza hay muchísima gente que está desplazada. La población de Gaza es de alrededor de 2,2 millones de personas, pues se calcula que el 85% de esas personas han tenido que abandonar sus hogares y sus vidas. Esa sería la gran diferencia.

También la imagen exterior, así como en el conflicto de Ucrania se vio claramente que la población civil necesitaba apoyo, necesitaba ayuda, necesitaba de esa solidaridad, en el caso de Gaza, la opinión pública en general está, no voy a decir cansada, pero sí está acostumbrada a que periódicamente hay una serie de intervenciones militares por parte de Israel en Gaza que acaban costando la vida a miles de personas, en las que se destruye muchísima infraestructura civil, etcétera.

La diferencia ahora es que esta operación militar por parte de Israel no tiene precedentes, más de 20.000 personas han muerto, muchísimas de ellas mujeres y niños y niñas, y como te decía, la ola de destrucción y de desplazamiento interno de la que está siendo objeto la población civil en Gaza no tiene ningún tipo de precedente.

AE- Sobre la postura o la respuesta de la Unión Europea, ¿cómo valorarías la respuesta que ha tenido tanto para un conflicto como para otro?

CH- En el caso de Ucrania, la respuesta de la comunidad internacional y específicamente de la Unión Europea podríamos hablar de que ha tenido distintas etapas. En primer lugar, todo lo que tiene que ver con la acogida de personas refugiadas. En ese sentido, la respuesta de la Unión Europea ha sido modélica. Se activó una directiva especial y se ha acogido a prácticamente todas las personas que han querido y que han podido salir de Ucrania y en este sentido no ha habido no ha habido grandes crisis de personas refugiadas.

En el caso de Gaza, ya hemos comentado que la situación es más compleja porque mucha gente no quiere salir y proporcionarles esa ayuda para salir de Gaza está siendo complicado. También por parte de la Unión Europea.

Más cuestiones o más posiciones que ha tomado la Unión Europea respecto al conflicto de Ucrania, pues tiene que ver todo lo económico, las ayudas económicas y las sanciones impuestas a personas y a autoridades rusas. Y en este sentido también es para dar la bienvenida al trabajo de la Unión Europea por esta parte, han sido millones de euros los que la Unión Europea ha dedicado al apoyo de Ucrania, se ha enviado material, se han enviado también armas y, sobre todo, se ha enviado muchísima ayuda humanitaria, muchísimo material médico, alimentos, soportes para la energía, etcétera. En ese sentido, la Unión Europea también ha tenido una posición bastante aceptable, que en el fondo es lo que debería suceder con cualquier tipo de conflicto, pero bueno, desafortunadamente hay conflictos que, como decíamos antes, pasan más desapercibidos o tienen menos impacto mediático, menos actualidad.

Por último, estaría el apoyo que la Unión Europea está dando a Ucrania en el sentido de desarrollos políticos. En este sentido la Unión Europea está tratando de colaborar con autoridades ucranianas para documentar a través de iniciativas, por ejemplo en el Consejo de Europa, para documentar todas las violaciones de derechos humanos que se están llevando a cabo en Ucrania, incluidos crímenes de guerra. Y esto es muy importante porque la investigación, la documentación de estos crímenes de guerra, el recoger estas pruebas que puedan demostrar que se están cometiendo crímenes de guerra puede facilitar que si no ahora en el presente, sí en un futuro más o menos cercano se pueda llevar a los responsables de haber ordenado y de haber perpetrado estos crímenes de guerra ante la justicia.

En cuanto a la respuesta que la Unión Europea está dando a la situación en Israel y en Gaza, en las fechas inmediatamente posteriores al asesinato de alrededor de 1200 personas israelíes por parte de grupos armados como Hamás. En un principio la Unión Europea tuvo una posición bastante preocupante, porque efectivamente reconoció el derecho de Israel a defenderse, cosa que en Amnistía Internacional también defendemos, evidentemente, estos ataques de Hamás no pueden quedar sin justicia, sin llevar a los responsables de estos ataques de la justicia, e Israel tiene todo el derecho del mundo a defenderse. La cuestión es que la defensa de Israel no puede afectar a la población civil palestina y esto es lo que está sucediendo actualmente.

En ese sentido, al principio de la Unión Europea, como digo, tuvo una posición un poco más preocupante porque se apresuraron a decir o a comentar que se estaba poniendo en juego las ayudas económicas y la ayuda humanitaria que la Unión Europea lleva muchos años proporcionando a Palestina, proporcionando a la franja de Gaza y también a enclaves palestinos en los territorios ocupados. Entonces, estas primeras declaraciones, como te digo, fueron bastante preocupantes, pero afortunadamente, en este sentido, la Unión Europea ha ido evolucionando, cómo ha ido evolucionando, lamentablemente, la situación. Y se han tratado de poner en marcha algunos esfuerzos, sobre todo para garantizar la ayuda humanitaria en Gaza.

Esta sería un poco la fortaleza o un poco la cuestión en la que la Unión Europea está apoyando o se está implicando más en esta crisis en la zona. También, evidentemente, a nivel diplomático, con distintas negociaciones etcétera, pero esto es una cuestión que va más allá del mandato de Amnistía Internacional, que está mucho más centrado en temas de violencia de derechos humanos.

AE- Y ahora sí, entonces, en el punto en el que se encuentra cada uno de estos conflictos, ¿qué crees que es lo que se puede hacer a partir de ahora?

CH- Ahora es muy importante redoblar los esfuerzos tanto diplomáticos como humanitarios. En primer lugar es imprescindible, en el caso de Gaza, que se alcance un alto el fuego. Y este alto el fuego es la única manera que hay para permitir y facilitar la entrada de ayuda humanitaria y también para que incluso los rehenes que están todavía en manos de grupos armados como Hamás puedan ser liberados.

Ese alto el fuego es el paso principal para lograr o tener un poquito más de estabilidad en este conflicto. Y la petición ahí es fundamental, y ahí la comunidad internacional, la Unión Europea, Estados Unidos, otros países tienen la obligación de trabajar por este alto fuego. Es la petición fundamental que desde Amnistía Internacional hacemos a instituciones como, por ejemplo, la Unión Europea, que apoyen esa petición de alto el fuego. En el caso de Ucrania, evidentemente también un alto el fuego inmediato y duradero es imprescindible para aliviar el sufrimiento de la población civil.

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