La prueba más evidente de que el mundo que vivimos ha enloquecido es que el ex presidente de EE.UU. y candidato con muchas opciones de volver a la Casa Blanca, Donald Trump, sugiere que no le importaría que Rusia atacara a sus aliados en la OTAN que no pagan su factura de la organización de defensa. No se puede decir ni alto, ni más claro a los Estados europeos de la UE: si quieres seguridad, te pagas tu defensa. Habrá muchos europeos que duermen complacidos en el sueño de la inocencia, que se pregunten de qué tenemos que defendernos y que preferían vivir de espaldas a una realidad de siglos en los que hemos protagonizado las más terribles guerras de la Humanidad. Sin seguridad la libertad se convierte en un derecho diluido. Por ello, la Unión Europea se ha visto concernida por la boutade del chulo de discoteca yanqui. Caídos del guindo, la cuestión ahora es cómo podemos organizar nuestra propia defensa que cada día es más cara porque requiere de todas las armas tradicionales, incluida, la clase de tropa, y un repertorio de recursos y tecnología avanzados para la batalla de la ciberseguridad.