El Consejo ha adoptado este lunes su posición para iniciar negociaciones con el Parlamento Europeo sobre La Directiva de modificación de los valores límite para el plomo y sus compuestos inorgánicos y los diisocianatos. La iniciativa establecerá nuevos límites de exposición en el lugar de trabajo y garantizará que la transición ecológica de la UE pueda llevarse a cabo sin que resulte perjudicial para la salud de los trabajadores, ya que el plomo y os diisocianatos se utilizan en la producción de baterías, la fabricación de vehículos eléctricos, las turbinas eólicas y la renovación de edificios. Por ello, se pretende reducir los valores límite ya existentes para el plomo e introducir valores límite para los diisocianatos por primera vez. Paulina Brandberg, ministra sueca de Igualdad de Género y Vida Laboral, ha declarado que la UE tiene que asegurarse “de que las personas que trabajan para hacer realidad la transición ecológica estén protegidas de posibles riesgos para la salud”. El Consejo ha apostado por mantener los límites de exposición establecidos en la propuesta de la Comisión, y ha propuesto introducir un período transitorio hasta el 31 de diciembre de 2028 para garantizar que los Estados miembros tengan tiempo suficiente para implementar de manera efectiva medidas de gestión de riesgos y adaptar sus procesos de producción para cumplir con el nuevo valor límite para el plomo. El Consejo también quiere establecer medidas específicas para los trabajadores que ya tienen altos niveles de plomo en la sangre o para mujeres en edad fértil. El enfoque general adoptado este lunes estará ahora en manos de la presidencia española del Consejo que tendrá la responsabilidad de iniciar negociaciones con el Parlamento Europeo para más adelante alcanzar un acuerdo provisional sobre la directiva de modificación.
