Nicolás Pascual de la Parte: "A Trump hay que tomárselo en serio, pero no al pie de la letra"

Nicolás Pascual de la Parte, eurodiputado español del PP y miembro de la subcomisión de Seguridad y Defensa, asegura a Aquí Europa que al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, "hay que tomarlo en serio, pero no al pie de la letra”, en sus intenciones de expansión territorial hacia Groenlandia y el canal de Panamá. El eurodiputado popular destaca el carácter transaccional de empresario de Trump y recuerda que EE.UU. tiene presencia militar en Groenlandia. Aquí Europa- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha mostrado su interés por Groenlandia argumentando que es una “necesidad absoluta” para su país. ¿Qué supone este órdago para la Unión Europea en materia de seguridad, ya que no descarta la cohesión militar o comercial o económica? Nicolás de la Parte- Pues sí, la verdad es que son declaraciones que han causado cierto revuelo en las cancillerías europeas y con razón. Yo soy de los que piensan que a Trump, presidente electo, hay que tomarle en serio, muy en serio, pero no al pie de la letra, es decir, tiene un carácter transaccional de empresario. Supongo que su planteamiento es un planteamiento de máximos, para tratar de conseguir una presencia militar norteamericana en Groenlandia. Sabemos que ya tiene una base militar de escuchas al noroeste de la isla, que le permite interceptar las comunicaciones en el mar en el Océano Ártico y lo que yo pienso es que tiene un interés especial en redoblar su presencia militar en Groenlandia, dada la tensión actual en Europa con respecto a la base de Putin y quizá también controlar las rutas marítimas que se han abierto en el Océano Ártico como consecuencia del deshielo. Yo creo que esos son los objetivos estratégicos geopolíticos y objetivo económicos. Pero de ahí a incluir una dimensión militar, yo creo que está fuera de lugar. Aquí Europa- Trump también ha mostrado interés por el Canal de Panamá, por recuperarlo. En este caso, ¿qué consecuencias tendría para la Unión Europea? Nicolás de la Parte- En esto, sinceramente, no ha aclarado muy bien el presidente electo que pretende con esa afirmación, porque el canal de Panamá actualmente tiene unas tarifas que se aplican por igual a todas las compañías navieras que atraviesan el canal con independencia del pabellón. Por tanto, si las tarifas son iguales para todos, para todas las navieras con independencia de la nacionalidad, no sé exactamente a qué se refiere el presidente electo Trump con sus manifestaciones. Seguramente querrá negociar una bajada de las tarifas para las navieras norteamericanas, teniendo en cuenta que el canal de Panamá es fundamental para el tráfico marítimo entre la costa Este y la costa Oeste de EE.UU., entre el océano Atlántico y el océano Pacífico. Yo lo interpreto como una forma de presionar a la baja el coste de los fletes y las tarifas para las navieras norteamericana. No creo que vaya a más más que eso. En cualquier caso, la forma de formular esa postura crea inquietud, inseguridad y hasta escándalo en algunas cancillerías, como es lógico. Aquí Europa- La llegada de nuevo de Trump al poder ¿qué consecuencias puede tener a nivel comercial para el Club de los 27? ¿cree que aumentará los aranceles a determinados productos?, una cuestión que sería perjudicial para los intereses de España, evidentemente. Nicolás de la Parte- Es verdad que ha anunciado muchas tarifas diferentes a diferentes países. Se ha hablado de una tarifa horizontal del 10% para todas las importaciones de EE.UU., que protejan la producción de productos y de servicios norteamericano, aplicando esa tarifa del 10% en general, pero después ha especificado que para México y para Canadá va a aplicar una tarifa del 25%, que, para otros países, como China, va a aplicar, incluso, unos aranceles del 60%. Ya veremos en qué queda todo esto. Hasta que no veamos las propuestas concretas, pues lógicamente no podemos hacer una reacción, pero, en cualquier caso, no creo que una guerra comercial sea beneficiosa para nadie, ni para Estados Unidos, ni para Europa ni para China, ni absolutamente para nadie. Cuando hay unas relaciones comerciales abiertas sobre reglas internacionales, que establece la Organización Mundial del Comercio, nos beneficiamos todos los países. Hemos crecido y seguimos creciendo en gran parte gracias al comercio internacional liberalizado, mientras que las políticas proteccionistas han demostrado a lo largo de la historia que no resuelven los problemas en ningún momento y que además empobrece notablemente a los estados que incurren en ese proteccionismo, porque, lógicamente lo sustrae del comercio internacional; sube la inflación de los productos, etc., etc. Por tanto, vamos a ver en qué quedan todas esas propuestas de tarifas de aranceles. Si se estableciesen, evidentemente, supondría un perjuicio para toda Europa y por tanto para España. Pero Europa aquí tendría que ser firme. Tendríamos que tener nuestra propia posición común, es decir, tener una aproximación unificada y no país por país, que sería alguna de las tácticas, supongo, que emplearía el presidente norteamericano para tratar de negociar aranceles individuales, piratear con cada uno de los países europeos, algo que nosotros no podemos aceptar. Tenemos, como digo, que ofrecer un frente común y ver cuál es la mejor forma de responder a esta guerra arancelaria, que espero que no se produzca, siendo como es, grave, una presunta guerra arancelaria por parte de EE.UU., que espero, insisto, que no tenga lugar. Es más peligroso, a efectos de la economía europea, una rebaja sustancial del impuesto sobre sociedades, que también ha anunciado el presidente norteamericano, en torno al 25, 30 por ciento. Si lo redujese esa presión fiscal a las empresas a un 15 o un 10% de lo que está trabajando supondría una ventaja comparativa enorme para Estados Unidos a la hora de atraer inversión internacional. Eso supondría que muchas empresas europeas estarían tentadas de emigrar hacia EE.UU., para beneficiarse de esa presión fiscal muy inferior a la europea y eso supondría para Europa realmente un peligro de deslocalización masiva de actividad empresarial, por tanto, de ingresos presupuestario, que son los que financian, no lo olvidemos, el estado del bienestar, del cual nos beneficiamos todos en Europa. Por tanto, un tema arancelario preocupante, pero casi es más impactante, en términos económicos a corto plazo, esa reducción masiva de la presión fiscal sobre las empresas en Estados Unidos. Aquí Europa- ¿Qué hay de cierto sobre el binomio seguridad migración en territorio de la EU? Nicolás de la Parte- Durante muchos años, desde la implosión de la Unión Soviética en diciembre de 1991, incluso antes, con la caída de muro de Berlín, en octubre de 1989, hemos estado disfrutando de lo que hemos dado en llamar los dividendos de la paz, es decir, no teníamos ya un enemigo sistémico como era la Unión Soviética y, por tanto, occidente. Los Estados miembros de esa parte podemos relajarnos y reducir nuestros presupuestos en defensa y dedicarnos a otras cosas, porque eso serían los beneficios de la paz obtenidos con la victoria de occidente sobre la Unión Soviética en la guerra fría , por consiguiente, procedimos de una forma irresponsable a reducir los presupuesto en defensa, a reducir el tamaño y la eficacia de nuestras fuerzas armadas, hasta que ha venido a sacudirnos esa modorra histórica Putin en 2014 con la anexión de la península de Crimea y en el 2022 con la invasión de Ucrania. Esa guerra criminal injustificada de agresión contra Ucrania y ahora tenemos que recuperar el terreno perdido; y en eso estamos, en crear una nueva Europa de la defensa reforzada con una base industrial y tecnológica propia dentro de la OTAN, evidentemente, pero creando un pilar europeo que se puede utilizar para emisiones dentro de la OTAN o para emisiones fuera de la OTAN, en su caso, porque tenemos una vecindad evidentemente muy peligrosa rodeada de estados fallidos de conflictos abiertos o de guerras potenciales tanto en el Este como en algunos países de la Europa Meridional. Y en esa estamos, en tratar de recuperar el tiempo perdido, de dotarnos de los recursos necesarios, para hacer frente a los desafíos geoestratégicos que nos acechan, y el binomio seguridad libertad es evidente. Son las dos caras de la misma moneda. No puede haber libertad, ni derechos, ni prosperidad, ni progreso. Si no garantizamos la seguridad de nuestros socios, tenemos que decir a nuestros ciudadanos que la libertad tiene un precio, que el modo de vida europeo, defenderlo, nuestros principios, nuestros valores, el estado de derecho, la división de poderes, las libertades fundamentales, la prosperidad económica en la democracia parlamentaria, etcétera etcétera Hoy día están amenazadas y como están amenazadas tenemos que despertarnos a la realidad y dotarnos de las defensas de los medios suficientes para proteger nuestro modo de vida. Aquí Europa- El informe Niinistö, que se aprobó en noviembre del año pasado, analiza las capacidades y retos de la Unión Europea en torno a los desafíos actuales de seguridad y protección civil. Además, la seguridad de la UE es una de las prioridades que ha expresado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Layen. ¿Cuáles son esos retos de seguridad de la Unión Europea? Nicolás de la Parte- El informe Niinistö es muy interesante y hace hincapié sobre todo en la necesidad que tiene Europa, no solamente de dotarse de los recursos militares y civiles suficientes para hacer frente a conflictos abiertos, sino también a prevenir esos conflictos, dotándose de una capacidad de defensa previa, de las infraestructura críticas y del sector productivo, es decir, preparar a las sociedades europeas para estar suficientemente dotadas de infraestructuras críticas protegidas. Cuando hablo de infraestructuras críticas también me refiero desde los servicios básicos, los transportes, los sistemas ferroviarios, los sistemas de navegación, a las autopistas, a los hospitales, a los servicios bancarios. Es decir, las infraestructuras críticas o servicios básicos tienen que estar protegidos contra los ciberataques, contra las amenazas híbridas y contra las campañas masivas de desinformación. Esa es la primera línea, la primera trinchera de defensa de Europa, tener esa capacidad de defensa pasiva para prevenir conflicto. Después, si eso no es suficiente, pues lógicamente entraremos en una fase de conflicto abierto, incluso de conflicto militar. Pero para evitar eso, como digo, nos tenemos que dotar de esa capacidad de resistir ciberataques, amenazas que no provocan automáticamente una respuesta militar, pero que pueden desestabilizar totalmente una sociedad a través de la inmigración irregular, a través del corte del suministro de energía o la supresión del suministro de bienes básicos, de medicinas, de alimentos, a través de campañas de desinformación masivas. Y, por supuesto, los ciberataques que van en aumento. Tenemos que preparar a las sociedades desde el punto de vista civil, para que tengan esa capacidad de resiliencia ante esas amenazas, una respuesta rápida, para mitigar sus efectos, es la primera obligación que tenemos para evitar los conflictos y de eso se encarga el informe. Ahora estamos todos viendo cómo lo podemos aplicar en nuestras sociedades a nivel nacional y por supuesto también a nivel europeo.

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