Milagros Marcos: «Cuando te dedicas a esconder informes y tapar la corrupción, quizás no te dedicas a lo que te tienes que dedicar»

En un contexto marcado por la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, y con el tablero geopolítico cada vez más inestable, Milagros Marcos, portavoz del Partido Popular en la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea, aborda los desafíos clave que enfrenta España y la UE. Desde la necesidad de una respuesta estructurada ante el proteccionismo norteamericano hasta la gestión de los fondos europeos, Marcos no solo destaca la importancia de la unidad europea y la diplomacia, sino que también critica la falta de rigor y cohesión del Gobierno de Pedro Sánchez. Según ella, el Ejecutivo está más centrado en tapar casos de corrupción que en abordar los problemas reales del país y Europa, lo que podría poner en riesgo el futuro de España en el contexto internacional.

Aquí Europa – Están a punto de cumplirse los 100 días del presidente Trump, y ha cumplido gran parte de lo que prometió, generando una situación compleja. Con los famosos 90 días de negociación en curso, ¿qué lectura hace el Partido Popular de este pulso comercial? ¿Está preparada la Unión Europea, y España como Estado miembro, para una posible guerra comercial si no se alcanza un acuerdo con Estados Unidos? Milagros Marcos – Creo que Estados Unidos es nuestro aliado natural, siempre lo ha sido de la Unión Europea, lo fue en las guerras mundiales y debe seguir siéndolo, sin ninguna duda. No tiene sentido mantener un conflicto con Estados Unidos. Tenemos relaciones importantes en materia de defensa, a través de la OTAN, y también relaciones comerciales significativas. Lo importante ahora es hacer un control de daños, estar preparados para reforzar la alianza y evitar que se cumpla la amenaza. Y, si se cumple, tener las medidas listas para mitigar el efecto de los aranceles. Es cierto que Europa debe empezar a equilibrar fuerzas, reducir la dependencia de otros continentes, reforzar su unidad y sus propias capacidades. En cualquier caso, cualquier respuesta europea debe partir de la diplomacia. La política basada en el insulto no tiene sentido, como hemos visto incluso con el propio presidente del Gobierno. En el liberalismo económico, que es parte del ADN del Partido Popular, no tiene sentido responder al proteccionismo con más proteccionismo, sino con medidas que protejan a los afectados: paquetes fiscales a nivel nacional, respuestas rigurosas desde Europa basadas en el diálogo, y medidas para abrir nuevos mercados con garantías de equilibrio, especialmente en sectores sensibles como el alimentario, para evitar competencia desleal. A nivel nacional, se necesita un paquete estructural, no parches: medidas fiscales y ayudas directas. No se puede afrontar un problema de 2025 con un presupuesto diseñado para otra realidad política. Si se quiere responder adecuadamente, se necesitan presupuestos claros, saber dónde deben estar posicionados los fondos, y que estos respondan a la situación actual en política de defensa, política arancelaria y apoyo fiscal. No tiene sentido que quienes no pueden exportar por culpa de los aranceles sigan pagando impuestos como si nada pasara. Tampoco que lo recaudado por aranceles desde Europa no revierta en los empresarios afectados. Hace falta un paquete serio y estructural, como el que propone el Partido Popular: un plan de competitividad, reducción de gastos, apoyo fiscal y económico a empresas, apertura de nuevos mercados, basado en datos y trabajado junto a las comunidades autónomas y el sector. Hay dinero: los fondos Next Generation están sin ejecutar. ¿Por qué no se cuenta con las comunidades para hacerlos llegar a quienes más lo necesitan? Hemos visto los efectos de no tener planes estructurales en temas como el agua o las infraestructuras. Se necesita un plan estructurado, con medidas serias, pactadas con las comunidades y con el sector, respaldado por un presupuesto adecuado. Eso es lo que plantea el Partido Popular. Aquí Europa – En esta batalla, por llamarlo así, aunque Trump y la administración estadounidense puedan tener diferencias con Europa, el conflicto principal es con China. En ese contexto, el Partido Popular ha criticado duramente el último viaje del presidente Sánchez a China. ¿Dónde debe situarse Europa? Porque, evidentemente, China tampoco puede suplir lo que Estados Unidos podría complicarnos en el ámbito comercial. Milagros Marcos – Efectivamente. En Europa se dice que Rusia es una tormenta, pero China es el cambio climático. O, como también se ha dicho: Rusia es una gripe y China es el COVID. Estamos hablando de algo mucho más profundo. Hay que saber estratégicamente dónde está el problema y cómo posicionarse. Creo que Europa ha tomado conciencia de sus debilidades con todos estos movimientos geopolíticos. Ya los informes Letta y Draghi señalaban claramente los problemas y planteaban soluciones. Y ahora Europa está adoptando medidas de forma ágil, basadas en esos informes y en la propuesta de la presidenta Von der Leyen, precisamente para dar respuesta. Es el momento de hacer más Europa. No tiene sentido ir en solitario. Más unidad, más Unión Europea es igual a más fortaleza, y eso garantiza una respuesta proporcional y, sobre todo, diplomática ante los desafíos que vienen de otros continentes. Avanzar solos no es una opción. Además, los europeos tenemos que creernos lo que somos, sentirnos orgullosos de pertenecer a la Unión Europea. Ese orgullo no es algo menor: en otros países se ve cómo ese sentimiento nacional genera unidad, incluso cuando se requieren sacrificios por parte de algunos Estados miembros para alcanzar un objetivo común. Y ese objetivo debe ser una Europa fuerte, con capacidad de diálogo y de negociación. En cuanto a China, hay que repetir lo que ha dicho la propia Unión Europea: China es, al mismo tiempo, un socio, un competidor económico y comercial, y un rival sistémico. Y en esos tres planos es donde debe situarse nuestra respuesta. Estamos en un momento de transición. Creo que debemos reducir los riesgos con China, pero sin desconectarnos de ella. El mundo es global, y hay que seguir trabajando de igual a igual. Y ya en clave nacional, no parece razonable insultar a Estados Unidos, después ir por libre a China, como ha hecho el presidente Sánchez, y luego enviar al "ministro de moda" para intentar arreglarlo con Estados Unidos. Evidentemente no ha resuelto nada, pero sí ha creado un problema. Un problema para España, y para lo que debe ser prioritario ahora: la unidad de los países europeos en la respuesta común a una situación tan complicada. Además, hemos visto cómo el presidente Sánchez ha mostrado apoyo a dictaduras, como Venezuela. Primero estuvo en Vietnam, homenajeando a un dictador responsable de algunas de las mayores masacres humanas, y después fue a China. ¿Qué ventajas tiene todo esto? No lo sabemos. Ese es el problema. ¿Por qué lo hace? ¿Tiene algo detrás o ha negociado su principal valedor, Zapatero? El problema es que no se sabe. Y eso sí que es un problema, para España y para Europa. Aquí Europa – Como portavoz de la Comisión Mixta y representante del Partido Popular, que aunque no gobierna a nivel nacional, sí lo hace en muchas comunidades autónomas, fue el partido más votado en las elecciones europeas y forma parte del segundo grupo más importante en la Eurocámara, el Partido Popular Europeo: ¿cuál es su agenda de prioridades? Milagros Marcos – La agenda de prioridades es importante, y nos gustaría que fuera también la agenda del Gobierno, no solo la de la Comisión Mixta. Esta comisión trabaja en varios frentes: organiza reuniones con comisarios europeos, plantea propuestas al Gobierno, colabora con otras comisiones sectoriales y con nuestros compañeros del Parlamento Europeo. Las propuestas que se aprueban no se quedan en el Parlamento nacional: se envían a las instituciones europeas y sirven de base para los acuerdos que se discuten semestralmente en las reuniones de todos los parlamentos europeos. En este semestre, la reunión será en Varsovia, por la presidencia polaca, y esperamos que varias de nuestras propuestas se incorporen a la hoja de ruta europea. En cuanto al contexto geopolítico, trabajamos para entender decisiones del Gobierno español que no tienen explicación clara. Por ejemplo, el cambio de posición sobre Marruecos o el Sáhara Occidental, o el apoyo repentino a la creación de un Estado palestino, que parece más un movimiento de imagen o de cálculo electoral que una solución real. Lo mismo ocurre con la gestión de las relaciones con China o con Estados Unidos: visibilidad, gestos, pero sin resultados concretos. Lo preocupante ahora es que el presidente del Gobierno no puede hacer propuestas rigurosas en Bruselas porque ha generado una situación de inestabilidad. España hoy es un problema para Bruselas. Lo vimos con el informe GRECO, que el Gobierno ocultó desde julio del año pasado, y que alerta de problemas graves de corrupción en nuestro país. Si estás más centrado en ocultar informes y tapar casos, es difícil que puedas estar gestionando los retos reales. El Gobierno debería estar centrado en ejecutar los fondos europeos. Ahora mismo, la ejecución no llega al 30%, y corremos el riesgo de perder más de 114.000 millones de euros de los 163.000 asignados. Se debería transferir la gestión a las comunidades autónomas, para que el esfuerzo económico de Europa llegue realmente a la población y reduzca el paro. Pero hoy, España lidera la destrucción de empleo y tiene una de las tasas de paro más altas de Europa. Estamos como en 2018. También se debería estar trabajando en el nuevo marco financiero plurianual, que definirá el presupuesto futuro con el que España podrá desarrollar sus políticas públicas. Y, en vez de eso, seguimos en la superficialidad: visitas sin impacto real, como las de China o EE. UU., sin que sepamos qué se consigue más allá de una foto. Hay desafíos muy serios: seguridad y defensa, alcanzar el 2% del PIB en inversión militar como exige la OTAN —y estamos aún en el 1,3%—, tener presupuestos estables para cumplir con la Constitución, afrontar de forma seria la inmigración ilegal que afecta especialmente a las Islas Canarias, y que sabemos puede convertirse en un problema de seguridad para Europa. También deberíamos estar trabajando en la inflación, que en España está completamente desbocada. Pero nada de esto está en la agenda del Gobierno, y por tanto, no está en la agenda europea. La principal preocupación del presidente, según su propio ministro, es que se hable catalán en las instituciones europeas. Mire, al Partido Popular nos preocupan otras cosas, como lo que da de comer a los ciudadanos. Aquí Europa – No podemos dejar de hablar de Ucrania. Ha habido un cambio de posición con la llegada de un nuevo presidente en Estados Unidos. Europa parece mantener una posición unida. ¿Qué debe hacer la Unión Europea en esta situación, y por tanto, España también? Milagros Marcos – Creo que el apoyo de Occidente a Ucrania ha sido suficientemente firme y está respaldado por cifras. La Unión Europea y sus Estados miembros han contribuido con más de 134 mil millones de euros en ayuda económica, militar y humanitaria, y Estados Unidos ha aportado prácticamente lo mismo. Estas cifras reflejan el apoyo constante y continuado a Ucrania. Es cierto que las negociaciones que Trump ha lanzado con Rusia pueden tener otros intereses geopolíticos más allá del apoyo a Ucrania, y eso debe controlarse. Pero en este momento, la Unión Europea tiene claro que el apoyo a Ucrania se mantiene. No podemos permitir que se normalice la invasión de un país por otro. Si permitimos que eso ocurra en Ucrania, vendrán otros. Nadie asegura que Rusia se conformará solo con Ucrania. Se trata de proteger la democracia, los derechos de los ciudadanos y el estado de derecho. Es cierto que la Unión Europea ha acogido a muchos refugiados, especialmente Alemania, mientras que España ha sido más cautelosa. No solo hemos acogido menos refugiados, sino que nuestra aportación económica y militar ha sido una de las más bajas entre los países miembros. A pesar de todo esto, creo que debemos mantener nuestra apuesta y seguir apoyando a Ucrania. Aquí Europa – Se ha adelantado a mi pregunta sobre la cohesión del proyecto europeo. ¿Le preocupa que esa unidad se pueda romper? ¿Qué es lo que más le preocupa actualmente de esa unidad, que parece ser nuestra mayor fortaleza? Milagros Marcos – Sin duda, la unidad es la fortaleza de Europa. Una Unión Europea más unida es una Europa más fuerte, más segura, con mayores posibilidades de defenderse, crecer, fortalecer su economía y sus grandes valores. Claro que preocupa, porque hay grandes diferencias entre los países. Preocupa que haya países como España que, de repente, actúan por su cuenta, como ir a China o hacer cosas que no tienen sentido, solo por imagen o cálculo partidista, sin considerar el impacto geopolítico que puede generarse si no hay unidad. Confío en la Unión Europea en este momento y en las medidas que se están adoptando, porque la respuesta ha sido rápida y firme, liderada por la presidenta Von der Leyen y la Comisión. No podemos pensar en otra opción. Europa tiene un plan conocido, creíble, y está avanzando hacia la competitividad y el refuerzo de los equilibrios con otros territorios, especialmente en materia de seguridad y defensa. También está abriendo mercados importantes, como América Latina, que es nuestro socio natural, no solo por el idioma, sino por las equivalencias culturales. Es fundamental avanzar al ritmo que exige este momento geopolítico y evitar movimientos que puedan romper la unidad. Si seguimos por este camino, creo que Europa saldrá fortalecida de esta crisis, porque no hay otra posibilidad. Aquí Europa – Una última cuestión, que también ha citado, pero que me parece importante tratar con más concreción: los fondos de cohesión y la utilización de los cuantiosos fondos Next Generation. España fue el segundo país que más fondos recibió, después de Italia, debido a haber sido uno de los más afectados por el COVID. Llega el momento de hacer balance del uso que se está haciendo de estos fondos. ¿Han llegado realmente a donde debían llegar? ¿Se están usando adecuadamente? Y, por otro lado, el planteamiento de la Comisión sobre los fondos de cohesión, que propone que tengan una estructura similar a los fondos regionales, es decir, que los distribuya el Estado y las comunidades autónomas tengan que esperar a recibir el dinero. ¿Qué opina de esto? Milagros Marcos – Efectivamente, fuimos uno de los países que más fondos recibió porque teníamos una tasa de paro muy alta. Esa fue la principal razón para que España recibiera 163.000 millones de euros, aunque no debemos olvidar que son préstamos, y los préstamos hay que devolverlos. El problema es que esos fondos no están llegando a la economía de manera efectiva. Podemos hablar de macroeconomía, de hacer ajustes y optimizar cifras, pero si la tasa de paro sigue al mismo nivel que en 2018, si han desaparecido más de 50.000 empresas y la inversión extranjera ha caído un 50%, no parece que los fondos hayan tenido el efecto esperado. España es el país con la mayor tasa de pobreza severa en Europa, más de 4 millones de personas se encuentran en situación de pobreza extrema. Entonces, ¿para qué han servido esos fondos? Se suponía que el objetivo era reestructurar la economía, hacerla más resiliente, que las empresas fueran más fuertes y digitalizadas. Si analizamos los datos de ejecución, desde 2021 el gobierno español no publica cifras reales. Sabemos, gracias a los informes de la Comisión Europea y otras organizaciones, que de cada 10 euros asignados, solo se han utilizado tres. Queda poco más de un año para que finalice el plazo de ejecución, y nos preguntamos qué está pasando con ese dinero. Lo que sabemos es que los fondos se están moviendo de ministerios a organismos intermedios, lo que no significa que se estén ejecutando correctamente. Sabemos que se están utilizando fondos para financiar a empresas que están siendo investigadas por la justicia, relacionadas con figuras cercanas al presidente. Las comunidades autónomas, que son las que mejor conocen el tejido empresarial, no están pudiendo ejecutar los fondos porque los criterios establecidos son casi imposibles de cumplir. Los PERTE, por ejemplo, no están siendo efectivos porque el dinero no se solicita debido a estos criterios. Y lo que más preocupa es que el gobierno ha bajado esos criterios para cumplir con la Unión Europea, pero eso solo está generando efectos contrarios a los previstos: no hay más inversión, no hay más empleo, y las empresas están en una situación aún peor. El Tribunal de Cuentas Europeo y otras entidades nos están alertando de que estos fondos no se están utilizando de manera adecuada, lo que podría llevar a que los perdamos. Desde la Comisión Mixta del Partido Popular hemos propuesto que los remanentes de esos fondos se transfieran a las comunidades autónomas, que son las que realmente pueden ejecutarlos de manera eficiente, con transparencia y gobernanza adecuada. Es urgente que se empiecen a usar para proyectos que realmente hagan falta, como las infraestructuras hidráulicas en Valencia, por ejemplo. Si seguimos con esta inacción, los fondos se perderán, y será un grave problema para todos.

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