Marruecos y Polisario rechazan la partición del Sáhara y España “no cambia su posición”

Tanto el Gobierno de Marruecos como el Frente Polisario han mostrado su rechazo al plan de partición propuesto la semana pasada por el enviado especial de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura. Por su parte, el Gobierno español se ha limitado a recordar que el propio De Mistura ha admitido que “las partes no están de acuerdo en la solución planteada” y que “España no cambia su posición” en este tema. De Mistura presentó esta propuesta durante una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que, ante la falta de progresos en este contencioso, abogó por “avanzar de forma constructiva en el proceso político y con urgencia”, según la transcripción de su intervención a la que tuvo acceso la agencia Europa Press. El diplomático italo-sueco explicó durante la reunión que había abordado “con todas las partes concernidas en el conflicto” una posible “partición del territorio” en virtud de la cual, la parte norte quedaría bajo soberanía de Marruecos y la parte sur, que “podría basarse en los límites de la porción controlada por Mauritania” entre 1976 (tras la retirada española) y 1979, sería para el Frente Polisario, donde establecería un nuevo Estado independiente con Dajla como principal ciudad. Según De Mistura, “algunos países en la región y más allá (sin más detalles)” le habían mostrado “cierto interés en esta posibilidad”, pero Marruecos y el Polisario no parecen tener “voluntad de explorar” esta vía, la cual, a su juicio, “merece ser tenida en cuenta”. No se trata de la primera propuesta en este sentido. Aparte de la partición de 1976 en virtud de los Acuerdos de Madrid, James Baker, antiguo enviado especial de la ONU, ya había presentado la misma propuesta en 2002. En relación con esta propuesta, fuentes oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores consultadas por The Diplomat han recordado que “el propio enviado especial de la ONU ha admitido que las partes no están de acuerdo en la solución planteada por él” y que “España no cambia su posición” de respaldo al plan de autonomía defendido por Marruecos, anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez a principios de 2022. MARRUECOS Y EL POLISARIO En respuesta a este plan de partición, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, declaró este lunes en Rabat que “el Sáhara, la unidad de Marruecos y su integridad territorial nunca han estado sobre la mesa de negociaciones, ni han sido objeto de entendimientos y compromisos”. “Marruecos ha reiterado, de acuerdo con las Altas Instrucciones de Su Majestad el Rey Mohammed VI, su clara posición, ya expresada en 2002, cuando la misma idea había sido planteada por el ex enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara, James Baker, a propuesta de Argelia”, recordó Bourita, citado por la agencia estatal de noticias MAP. La delegación marroquí, agregó, había dejado claro a De Mistura su rechazo a “tales ideas”, que están en contradicción con “la posición de principio del Reino y la de todos los marroquíes sobre la marroquidad del Sáhara, que forma parte integrante e indivisible del territorio del Reino”. Por su parte, el representante del Frente Polisario en Suiza y ante las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales en Ginebra, Abi Bechraya Al-Bashir, expresó este martes su rechazo a la propuesta de Staffan de Mistura “por razones de principio relacionadas con el marco jurídico del territorio, el principio de autodeterminación y el Derecho Internacional”, pero, sobre todo, “porque constituye una violación de uno de los principales componentes de la autodeterminación relacionada con el Territorio del Sáhara Occidental”. En declaraciones a France 24 Arabic, Becharai advirtió de que el Frente Polisario nunca ha aceptado la división del territorio con ninguna de las partes, a diferencia de Marruecos, que aceptó su división en 1975. Asimismo, añadió que la propuesta de De Mistura es “un reconocimiento implícito” de la imposibilidad de que el pueblo saharaui conviva con la autoridad marroquí bajo un mismo techo y, por tanto, de la imposibilidad de implementar la autonomía que defiende Marruecos. En este sentido, advirtió de que las palabras del enviado especial deben entenderse como “un mensaje a los países que apoyan a Marruecos”, que “han caído en brazos de lo desconocido” apoyando una propuesta de autonomía “vaga y poco clara”.

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