La extrema derecha europea anda envuelta en una especie de borrachera poselectoral que ha acabado en la típica trifulca de beodos. Su teórico éxito electoral, pues, no a todos les fue bien el paso por las urnas, se ha convertido en una especie de competencia por ocupar espacios en el nuevo Parlamento Europeo. El resultado son los vetos cruzados y la incapacidad, hoy por hoy, de unir sus fuerzas para influir en la agenda de las políticas de la Unión Europea. El último episodio de este espectáculo de codazos e insultos, lo ha protagonizado Alternativa por Alemania, los ultras germanos, que pretenden crear un tercer grupo de extrema derecha en la Eurocámara bajo la denominación de “Soberanistas”. Si la iniciativa prosperara serían tres los grupos parlamentarios eurófobos y ultranacionalistas, los Reformistas y Conservadores, donde se integra Meloni y los españoles de Vox; Identidad Democrática, liderado por los franceses de Agrupación Nacional, liderados por Marine Le Pen y los hasta ahora No Adscritos, con AfD a la cabeza, donde se incorporarían los tres eurodiputados de Se acabó la fiesta, de Alvise.