JUAN CIERCO: “SI EUROPA QUIERE SEGUIR COMPITIENDO CON EL RESTO DEL MUNDO TIENE QUE PONERSE LAS PILAS”

Juan Cierco, presidente de la Comisión de Turismo de la CEOE y director corporativo de Iberia, responde a las preguntas formuladas en el programa de Canal Europa “Europa a Juicio”. Durante la entrevista ha hablado del turismo post pandemia, la situación de la aviación y de los sentimientos e identidades europeas, entre otras cosas. CANAL EUROPA.- ¿Qué significa Europa para usted?

JUAN CIERCO.- Europa es todo. Yo nací cuando España aún no estaba en la Unión Europea y eso ha producido cambios desde el punto de vista intelectual, práctico, intangible, pero también tangible, desde el punto de vista de las infraestructuras, de los derechos humanos, de la calidad de la sanidad, la calidad de la educación, todos los fondos europeos que nos han ido llegando, etc.

Pensar en la evolución desde que se instaló la democracia en España, sin pensar en Europa, sería hacernos trampas al solitario. Hay que seguir consolidando esa relación y explicando, a los ciudadanos españoles y europeos, que Europa es el estado del bienestar, y que con Europa podemos seguir avanzando, modernizándonos y haciendo que la sociedad sea más justa y más equilibrada.

Pero tenemos que seguir muy de cerca todos los aconteceres, no sólo los que pasan en Europa, sino en todo el mundo, porque de lo contrario no vamos a ser capaces de seguir el ritmo de los demás. Tenemos que meter una velocidad más a Europa, pero Europa es un continente y lógicamente un proyecto que va a estar ahí por siempre.

C.E.- Si hablásemos de identidades, usted qué se siente más, ¿español, europeo o más cerca de Latinoamérica, debido a sus relaciones con Iberia?

J.C.- Para mí es más fácil gestionar mi identidad que quizás para otros invitados, porque he vivido 16 años fuera de España y perdí, hace mucho tiempo, la identidad nacional. Me siento muy español. Me encanta España y me encanta Madrid, pero yo hace tiempo que no me siento especialmente patriota.

Me siento mucho más europeo que español, y me siento mucho más ciudadano del mundo que europeo. He viajado, he volado y he trabajado en todas las partes del mundo, y eso hace que tengas una amplitud de miras mucho mayor. Pero, si me tuviera que quedar con una identidad propia, me gustaría que fuera una europeidad española.

C.E.- ¿Qué le pediría al proyecto europeo? ¿Qué cree que le falta o tiene que mejorar?

J.C.- Falta sentarse y mirar alrededor. Europa ha sido un proyecto de éxito, ya que la calidad de vida en Europa es muy superior a la de otros continentes. Tenemos buena sanidad, buena educación, hay muchas menos desigualdades que en otros continentes, etc., pero debemos ser mucho más competitivos de lo que somos.

Si Europa quiere seguir compitiendo con el resto del mundo tiene que ponerse las pilas. Ahora mismo, por ejemplo, la aviación está en el punto de mira de los europeos y la opinión pública internacional por la sostenibilidad medioambiental. Por ello, estamos trabajando de manera muy seria para hacer una aviación cada vez más sostenible, con el SAF, un combustible sostenible que se produce en todo el mundo, menos en Europa.

Si no somos capaces de meternos en ese liderazgo, y España tiene una oportunidad evidente con la presidencia de España en la Unión Europea en el segundo semestre, de convertirnos en otro país líder en energías renovables, como lo somos también en combustible de aviación sostenible, perderemos una gran oportunidad de hacer la aviación más sostenible. Y la aviación en España es fundamental, porque el 82% del 84% de turistas que llegan a España llegan en avión. Si no somos capaces de equilibrar esas distintas herramientas, no vamos a poder seguir compitiendo con otros rivales internacionales.

C.E.- Usted es periodista y ejecutivo, ¿cómo se gestiona ese mix?

J.C.- El periodista siempre vive dentro de uno. Yo nací periodista y moriré siendo periodista, o por lo menos sintiéndome periodista. Es verdad que ahora las responsabilidades y las funciones son otras, pero una de mis responsabilidades en Iberia es tratar y relacionarme con periodistas, y yo siempre le digo al presidente de Iberia que yo tengo dos jefes: a él y a los periodistas.

Si él está contento y los periodistas no, hago mal mi trabajo, y si los periodistas están demasiado contentos y él no, también lo hago mal. Por lo tanto, hay que buscar el equilibrio para poder satisfacer las inquietudes profesionales de los periodistas, cumpliendo con la lealtad y cercanía de la compañía.

C.E.- ¿Cómo sobrevive una compañía como Iberia a una pandemia y una guerra, con un coste alto en la crisis energética, y con ello, en el queroseno, que está por las nubes?

J.C.- Ha sido fundamental el compromiso, la profesionalidad, la dedicación y la entrega de los empleados de la compañía en los peores momentos. Iberia cumple este año 96 años, y ha pasado por crisis muy graves.

Aunque más grave que la pandemia difícilmente, porque tuvimos al 95-98% de los aviones en tierra y fue muy difícil gestionarlo. Pero gracias a la voluntad, al compromiso, a la dedicación y a la profesionalidad de los empleados de Iberia, poco a poco supimos administrar los peores momentos y supimos recuperarnos más pronto que nuestros rivales competitivos y eso ha hecho que podamos mirar hoy, todavía con prudencia, pero con cierto optimismo, el futuro.

C.E.- Usted preside el Consejo de turismo de la CEOE, ¿cómo diría que está en estos momentos el turismo español?

J.C.- El turismo en España es un referente internacional. El problema es que hemos tenido momentos muy importantes, donde los beneficios eran evidentes y no hemos sido capaces de reinventar el modelo. Nos hemos centrado durante décadas, porque era un éxito, en el turismo de sol y playa.

El sol y playa es un turismo que hay que seguir cuidando y trabajando, sobre todo hablando de los europeos, que son los que vienen a nuestras costas durante el verano.

Pero se ha demostrado que este turismo no es suficiente, que no es desestacionalizado, que no trae los ingresos o el gasto que traen los turistas desde otras latitudes, y por lo tanto, España, que está muy enfocada en el turismo europeo de sol y playa, y en las conexiones aéreas hacia América Latina y Estados Unidos, debe enfocarse hacia el este del planeta.

Desde Madrid es muy difícil volar a países del sudeste asiático y que esos turistas potenciales, que además tienen un gasto muy importante Per Cápita, mayor que los europeos, lleguen también a nuestro país.

El turismo debe conservar y consolidar lo bueno que hemos hecho estas décadas, pero tenemos que reinventarnos para el futuro y la reinvención ahora va a ser mucho más difícil, porque después de la pandemia hemos salido muy tocados.

Somos el motor que está recuperando la economía española, pero si no somos capaces de dar un paso cualitativo al frente, probablemente nos quedemos atrás respecto a nuestros competidores europeos.