García-Page: "El mayor riesgo en las próximas elecciones es la entrada de un grupo que quiera desmontar la UE desde dentro"

El presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, revela cómo esta extensa y culturalmente rica región de España se enfrenta a desafíos contemporáneos como la despoblación y la sequía, mientras aprovecha sus oportunidades únicas en energías renovables. García-Page destaca la importancia de la Unión Europea en la vida cotidiana de los manchegos y el papel crucial de Bruselas en la búsqueda de soluciones y la formación de políticas que afectan directamente a la comunidad. Castilla La Mancha es la tercera autonomía más extensa de España con una superficie de casi 80.000 kilómetros cuadrados divididos en cinco provincias, Toledo, Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Guadalajara, y más de dos millones de habitantes.

Tierra de encuentro de culturas ocupa gran parte de la meseta central, lo que ha forjado Ciudadanos con las aspiraciones y la creatividad de don Quijote y el realismo y apego a la tierra de Sancho Panza.

Protagonistas de momentos trascendentales de la historia de España, atesoró un patrimonio cultural único, siendo Toledo su máximo exponente, a quien se suman también como Patrimonio de la Humanidad, Cuenca y Almadén.

Su situación geográfica limita con otras seis comunidades, así como su gran extensión plana la convierte en un magnífico enclave para la generación de energías renovables y su distribución. La Ejemplo.

El patrimonio natural la convierte en una de las comunidades de mayor riqueza, cigüeñas blancas, milano real, más de 100 espacios naturales reconocidos y una de las que poseen una mayor reserva cinegética.

Se enfrenta a grandes retos comunes a muchas otras regiones europeas, envejecimiento, despoblación, sequía y necesidad de mejorar las conexiones.

Pero para conocer mejor la gloria de esta región europea, sus ideas de futuro y los retos más acuciantes a los que se enfrenta la comunidad, también desde la óptica europea, hablamos con su preisdente.

Aquí Europa- ¿Qué quiere usted cuando va a Europa? ¿Por qué es importante acudir a Bruselas y qué temas son los fundamentales que se están tratando ahora mismo en la Unión Europa que influyen directamente en Castilla La Mancha?

Emiliano García-Page- Lo cierto es que los que tenemos una cierta experiencia política, en mi caso de décadas, tenemos muy claro lo que a lo mejor no tiene claro todavía el 100% de la población, pero que yo sí tengo muy claro. Y es que el concepto que puede tener mucha gente de organizaciones por encima del país, supranacionales, en el caso de la Unión Europea, la gente puede terminar pensando que es una cosa así como la ONU. Bueno, en la ONU se deciden cosas importantes, pero realmente no cotidianas.

Europa es lo contrario. Europa gestiona hoy, como mínimo, el 50% de nuestra vida cotidiana. Vida cotidiana de múltiples aspectos que la gente ni siquiera termina de saber que tienen su origen o tienen su refrendo en la Unión Europea. Eso desde la perspectiva útil.

Por tanto, cuando vamos a Bruselas lo que buscamos son soluciones o contribuir a formar voluntad, una voluntad colectiva en una dirección que interesa a cada región. Yo creo que Europa entiende muy bien que cada región representa lo suyo, que hay muchos intereses y, desde luego, muchos intereses y a veces contrapuestos, y eso lo convierte en una institución muy viva y a veces muy compleja, incluso en la toma de decisiones, pero nos lleva también a un espacio que yo, como amante de la política, no puedo negar.

Y es que estamos siendo protagonistas de la construcción institucional más importante como experiencia de las que hay hoy en el mundo. La creación de una entidad política perfecta para navegar en el mundo de la globalización, que no machaca, que no suprime las culturas nacionales ni regionales y que, sin embargo, supera a todas ellas para ser el perfecto contenedor para navegar en este mar actual.

AE- ¿Cree que la Unión Europea entiende que la necesidad de flexibilizar la PAC?

EGP- Creo que han tomado nota. Se ha tomado nota de las movilizaciones, porque realmente lo que hay que intentar combatir, que es lo que a veces padecemos mucho, es el exceso de burocracia y de rutina. Y es que se nota mucho. Europa ha ido creando una burocracia. Yo llevo muchos años en la administración. La burocracia es como una planta trepadora, que si tú no la podas todos los años, va creciendo, va creciendo, se autoalimenta, se inventan procedimientos, eso supone más personal. Sabemos como funciona.

Se ha creado un aparato burocrático que a veces decide por los políticos y que reduce por completo los márgenes de decisión que se pueden tomar y que la gente espera como ciudadanos que se tomen. De manera que sí, yo creo que un gran objetivo es flexibilizar no solo la PAC, sino el entramado burocrático, que es realmente a veces angustioso.

Yo, por ejemplo, copiaría de la Unión Europea para las legislaciones españolas y también autonómicas, y valdría para todos los países, el hecho de que el escenario presupuestario se aprueba al comienzo de la legislatura y eso hace que ya haya un escenario previsto para al menos cuatro o cinco años, independientemente de que se actualice año a año. Pero el marco, el grueso de la negociación, se pelea al principio.

Eso es algo que sería muy útil, por ejemplo, para España, que estamos viendo que es imposible sacar un presupuesto, por muy útil y necesario que sea, porque menos del presupuesto se habla de todo. Y eso hipoteca y bloquea la situación política y económica.

Yo creo que en España, por ejemplo, si aprobáramos un modelo en el que el presupuesto se aprueba al principio de la legislatura y ese marco referencial simplemente se tiene que ir actualizando, pero ya no se paraliza a lo largo de un mandato, eso sería de una enorme utilidad. Yo copiaría eso de la Unión Europea, que es una gran ventaja.

AE- Tuvo una reunión con el comisario de Agricultura. Hablaron del tema agropecuario, entiendo, de la lavanda, tan importante aquí. ¿Cómo notó la sensibilidad del comisario con los problemas españoles?

EGP- Le agradezco mucho el tiempo que me dedico porque fue muy amplio y pudimos hablar de muchas cosas. En conjunto, creo que han captado, porque además yo tuve otra conversación con él hace más tiempo y la actitud era diferente, era más cerrado en banda y yo creo que hoy hay una mayor sensación de que sin renunciar al concepto de sostenibilidad, porque es clave, porque es estratégico, porque estamos convencidos de que lo que no es sostenible es insostenible y por tanto es de sentido común.

Hay que incorporar al concepto de sostenibilidad, que es lo que defendí en el Comité de las Regiones, dos contextos, uno, cuando hablamos de sostenibilidad no es solamente sostenibilidad ambiental, hay que conceptuarlo como una sostenibilidad integral. Lo que es sostenible ambientalmente lo tiene que ser económicamente, lo tiene que ser social y culturalmente.

Y cuando se contempla así, te das cuenta que en Europa hemos hablado de transición ecológica, pero no se ha compadecido el concepto de transición, la transición no deja de ser sino a un ritmo ponderado y progresivo ir cambiando las cosas, y lo hemos transformado en revolución. Es un problema de ritmos, nadie discute las metas, discute el cómo conseguirlas. Y yo creo que en el cómo conseguir esas metas se tiene que llegar a un punto de equilibrio.

AE- Sin duda, ¿Y el tema del agua? Porque el tema del agua no solamente es un problema en regiones españolas, lo es en muchas europeas. Es un problema muy global.

EGP - Sinceramente, el problema del agua lo es en la medida en que falta agua, porque si no, no hay dificultad. El cambio climático está presente, no es una cosa ajena. Hay gente que lo niega todo. De hecho, en Europa, el mayor riesgo que tenemos de cara a las próximas elecciones generales es que se cuele un grupo importante a modo de caballo de Troya, que realmente lo que quiera es desmontar la Unión Europea desde dentro, es lamentable, porque esos caballos normalmente, como dice la propia leyenda, no se conocen, no se ven, pero algunos ya sabemos de historia como para saber qué puede pasar.

¿Qué sucede? Que nosotros aquí padecemos claramente el problema del agua. Sabemos perfectamente lo que es la carencia de agua y hemos construido toda una economía sobre la base de los recursos que tenemos. De 20 años a esta parte ha cambiado tanto la tecnología, ha avanzado tanto, por ejemplo, la tecnología de la desalación, que hoy por hoy Europa se puede plantear tranquilamente un objetivo, dos en realidad, uno muy claro, que para beber no falta agua nunca.

Cuando hablo de beber, me refiero al uso industrial, al uso urbano, a lo que es la mecánica, a todo lo que no es agrario. Para beber, no puede faltar. Y para regar, que es el 80-90% del gasto del agua, para regar hay que hacerlo de otra manera, mucho más eficientemente, intentando no subvertir la naturaleza, es decir, no arreglarlo por fontanerías, esto no es una estrategia de fontanería, se podría conectar todas las redes, eso es estupendo, pero eso es suponer que sobra agua en algún sitio, cuando en realidad las civilizaciones se han ido construyendo, se han ido en torno al agua.

Si ahora el agua te la llevas a otro lado, esa civilización, obviamente, empieza a tener menos sentido. Es una cosa elemental. ¿Qué sucede? Que a la altura de hoy, la pregunta que se puede hacer la Unión Europea es, teniendo como tenemos un litoral tan inmenso, siendo los países más afectados por la carencia de agua los que más salida al mar tienen, en realidad, lo que habría que apostar en Europa es por inversión y dinero, ahora con una tecnología avanzada absolutamente sostenible y mucho más económica, porque en Europa no carezcamos de agua, ni siquiera para el regadío, sobre la base de la desalación.

Mi región es muy grande, lo ha dicho usted antes. Cabe Bélgica, Holanda, Luxemburgo y sobran 2.000 kilómetros cuadrados. Afortunadamente, son 2.100.000 habitantes. Tiene la importancia además de ser una tierra conocida en el mundo entero por El Quijote, que no es una tierra de ficción, es la realidad, y además tenemos una forma de ser, que es la que se recoge en los consejos de Quijote a Sancho Panza, la forma de ser de La Mancha. Ese libro solo se podía haber escrito aquí, no en otro sitio, pero decía que es muy importante que en Europa nos podemos y nos debemos plantear que los problemas de migraciones poblacionales en regiones como la nuestra, tan grandes, con poca gente, tienen que ir combinados con otros factores.

Ahora, lo que para nosotros era un hándicap hace 20 años, poca población en mucho territorio, hoy se ha convertido en una materia prima extraordinaria, porque para poder contar con desarrollos renovables en las energías, se necesita suelo, se necesita mucho terreno. Y hoy Castilla La Mancha se está convirtiendo en la despensa energética de España y pronto lo será de buena parte de Europa.

La mayor parte de la producción fotovoltaica o eólica o de hidrógeno verde se va a producir aquí, porque requiere mucho suelo, nosotros lo tenemos un sol excepcional, lo estamos facilitando y eso hace que, al final, lo que antes era complicado, se ha convertido en una máquina de riqueza, porque donde no tenemos olivo, tenemos vinia, si no al pistacho, sino almendra.

Esta es una región en la que estamos aprovechando muy bien el terreno, porque donde no tenemos cultivo, que tenemos mucha potencia en la despensa agroalimentaria, tenemos placas fotovoltaicas que además tienen la ventaja de atraer otro tipo de industrias. Le pongo un caso, toda la nueva economía que va vinculada al dato, inteligencia artificial, eso va a ser no menos del 20% de la economía mundial a la vuelta de muy poquitos años, tres, cuatro años, que requiere de un consumo de energía altísimo.

Esas plantas se están planteando estar en Castilla La Mancha, entre otras cosas porque tienen la alimentación renovable inmediata, porque tenemos suelo y porque al mismo tiempo tenemos infraestructuras. Y eso nos mete a una región como la nuestra de cabeza en dos de los tres grandes elementos de competitividad económica de la economía futura.

AE- Es muy defensor de que la cultura no solamente es un derecho, sino que es un derecho casi de los que tendrían que ser un derecho humano. ¿Europa sabe o no sabe de lo que es la cultura del toro, tan importante en España, en Portugal, en el sur de Francia?

EGP- Y en Hispanoamérica.

AE- Por supuesto, Hispanoamérica. Pero para ceñirnos a Europa, es algo ancestral, es parte de la cultura. Sabemos que es un amante del toro. ¿Consideramos el toro cultura, apoyamos el toro en Bruselas, el mundo del toro y lo que conlleva de gestión del campo, de cuidado del campo y de pura sostenibilidad de muchas extensiones, aparte de trabajo para muchas familias?

EGP- Antes que incluso entrar en el tema del toro, pero relacionado con ello, diría que tengo una cruzada particular, que es combatir todo tipo de populismos, que es la demagogia venenosa de estos tiempos, y combatir el concepto de frentismo. Y estoy incorporando también un cierto objetivo que es desmontar a estos falsos modernos, a estos snob que se piensan que un país es moderno en la medida en que prescinde de sus tradiciones o prescinde de su cultura.

Yo viajo mucho. Europa es mi pasión y me conozco ya muchos rincones de toda Europa a título personal. Los países más avanzados llevan con normalidad a lo mejor vestir el traje tradicional el domingo. Yo es que lo considero sincera y llanamente, signo de inteligencia. Solo se puede saber a dónde vamos si se tiene claro de dónde se viene.

Es evidente que están cambiando las corrientes de opinión de la sociedad. Nadie puede decir que, a la vuelta de 40 años, a lo mejor una inmensa mayoría rechace la relación del hombre con el animal en su conjunto y algunas cosas han ido modificándose.

También debiera planteárselo mejor la relación del hombre con el hombre, porque no hay nada más que poner los programas más vistos hoy por los chavales jóvenes en la televisión a las dos de la mañana y lo que son son dos personas pegándose hasta el punto de que alguna puede morir en el ring. Y eso, nadie dice nada, nadie discute que eso es realmente una incitación a la violencia, ver a dos personas cómo se rompen un ojo o cómo se destrozan la cara, porque además ya lo hacen sin ni siquiera de boxeo, me llama la atención.

Yo combato esa idea de que lo tradicional o la cultura está reñida con la modernidad. Eso es absurdo. Es más, creo que en este concepto lo progresista es ser conservador. Lo progresista es ser conservador, es decir, es cuidar lo que funciona y lo que vale, por una razón doble.

Primero, porque las esencias de Europa están fundamentalmente originadas en la cultura romana. Y ya eran los romanos los que sacaban a los toros a torear y a pelear con otras fieras y también con los humanos. Por tanto, no es algo que nació en España, es algo que viene de muy antiguo. Y en segundo lugar, porque quien dicta las normas de la cultura no son los gobiernos, es la gente. ¿Qué va a pasar dentro de 40 años con los toros? Lo que la gente quiera, lo que la gente decida.

AE- Vemos continuamente tanto en el Parlamento como en el Comité, los grandes acuerdos a los que llegan las dos principales fuerzas políticas, la socialista y la popular. Las dos fuerzas políticas votan juntos en acuerdos de grandes temas. ¿Seremos capaces de subir lo que se hace entre comunidades autónomas y bajar lo que se hace desde Europa para poder llegar al gobierno?

EGP- En España estamos viviendo una política degradada, lamentable y muy penosa. Yo analizo la situación de la siguiente manera: España iba muy bien en todos los sentidos, con una política muy equilibrada, con altibajos, con mejores y peores momentos, pero con una situación de previsibilidad en un ciclo económico que se prolongaba por más de 20 años, 25 años, hasta la crisis del 2007.

Con la crisis del 2007, que de pronto nos caemos del guindo y nos damos cuenta de que ser un país maravilloso que no va a parar de crecer, el 35 por ciento de la población se queda en la cuneta y ahí surgen los populismos a todo tren. Y hay tres tipos de populismos de los que España se está sacudiendo con dificultad.

El populismo social y económico lo podría representar gente como Podemos, pero no solo Podemos. Es un populismo que a izquierda o a derecha no ofrece soluciones, inventa problemas nuevos a los que ya ellos son los apóstoles nuevos, pero que en el fondo es estéril y absurdo, no arreglan nada, simplemente, no entienden de casi nada.

El populismo social y económico, el populismo que en España se da y en otros sitios no, que es el territorial, o sea, los independentistas pasan de ser nacionalistas e independentistas, fundamentalmente porque no saben cómo explicarle a su gente que ellos también tienen que ver con la crisis.

Y ese independentismo que es, en buena medida, populismo, como le pasó a los ingleses con el Brexit, populismo a lo bestia, no razonar las cosas, no debatir con serenidad las cosas. Ese populismo nos los tenemos que ir quitando poco a poco. Afortunadamente, cada vez el espacio de centralidad se está recuperando en España, aunque no lo parezca, se está recuperando. Y nos estamos escorando y dejando ya para la marginalidad los populismos.

Ojalá que sigamos en esa línea. Faltaría un tercer populismo, que es el que se ha incrustado dentro de los partidos políticos. Hemos pasado de tener organizaciones previsibles a organizaciones en las que se elige un líder y a partir de ahí, a capricho diario. Eso, sinceramente, es muy nocivo para la democracia y muy perjudicial para un país medianamente serio.

Pero de una u otra manera, ese es el objetivo, ese es el camino que nos tenemos que marcar. ¿Por qué llegamos a acuerdos con la Comunidad de Valencia en materia sanitaria o con Madrid?, primero, porque es de sentido común, en la doble idea que tiene el sentido común, en el sentido de circulación, vamos en el mismo camino, pero también en lo que tiene de poner en valor lo que nos une, no lo que nos separa.

España tuvo un gran acierto con el Estado autonómico en el 78. La pulsión territorial hizo que para que tuvieran autonomía el País Vasco, Cataluña y en parte Galicia, se le permitió al resto de las autonomías también ejercitar competencias para que jugáramos con las mismas cartas. Y eso básicamente ha sido enorme. Me atrevería a decir que la sanidad en España ha llegado donde ha llegado porque ha tenido 17 pedales de aceleración, no uno solo. Que la educación se ha multiplicado por cinco porque la hemos acercado a la gente y la hemos democratizado como nunca.

Es decir, lo grueso del estado del bienestar e incluso de la competitividad económica hace que 17 autonomías compitamos sanamente, si es que eso es posible, compitamos entre nosotros porque las cosas se hagan bien. ¿Qué sucede? Que todo lo que tiene de bueno tiene también a veces de aristas.

Y yo creo que aquí la culpa, sinceramente, la tiene el gobierno de España, no este, todos los que hemos tenido. Porque se nota mucho que la influencia que tienen los partidos nacionalistas, los más independentistas. Hacen que el Gobierno haya renunciado de facto al concepto de armonización. La Constitución refleja desde el 78 que el Estado, siempre, en casi todas las materias, puede establecer una legislación que cohesione, que permita que cada autonomía hagamos muchas cosas, pero que finalmente no perdamos la coordinación.

Se ha perdido mucho tiempo y no se armoniza nada. Y eso tiene que ver con el sistema sanitario. ¿A quién se le ocurre? Tenemos 17 sistemas, que es uno solo, pero claro, cada uno ha comprado la licencia de Internet a uno, hemos comprado el software a otro... Entonces, una radiografía que se hace en una región no se puede ver por un médico en otra, no se puede transferir. Son problemas más técnicos que de otra manera, pero eso se puede arreglar. Es más, yo creo que era la gran oportunidad de los fondos europeos, haber hecho que cualquier imagen sanitaria, cualquier diagnóstico sanitario, cualquier expediente sanitario de un español se pueda ver esté donde esté, porque aquí no nos movemos y si te vas de vacaciones a un sitio, no tiene sentido tener que ir con los papeles de tu informe médico.

Esto es un atraso monumental. Creo que ahí echo en falta algún gobierno de España, quizás porque no se puedan atrever por no cabrear, no soliviantar a los independentistas. Y antes pasaba lo mismo, un gobierno de España que sea valiente y que decida armonizar cosas de sentido común, sin meternos en discusiones ideológicas.

AE- El día 9 tenemos la oportunidad de votar en unas elecciones muy importantes, que son las europeas que van a decidir quiénes van a hacer esas leyes que luego nos llegan y quiénes van a gobernar Europa para los próximos cinco años. ¿Qué mensaje mandría a la gente?

EGP- Votar por Europa y por este proyecto que estamos construyendo desde hace varias generaciones, es motivo suficiente como para no quedarse en casa. Considero que votar es una obligación, no solo es un derecho. Pero yo voy a decirle que vote por usted, por usted mismo. Porque no sé si sabe, más de la mitad de las cosas que le afectan a su vida diaria desde que se levanta hasta que se acuesta, dependen de Europa.

La gente tiene que votar lo que le interesa, que así dicho puede sonar mal, pero es que si votan lo que no les interesa es que no están en sus cabales. La gente tiene que votar lo que le interesa y me atrevería a decir que buena parte de las cosas que nos interesan a cualquier ciudadano pasan por Europa. Lo peor que se puede tener en una democracia es indiferencia. Hay que votar.

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