Europa Decide: Democracia y Valores Europeos

El artículo 3 del Tratado de Lisboa establece que la Unión Europea debe garantizar la libertad, los derechos fundamentales y la democracia, valores que hoy se encuentran bajo creciente presión. En un contexto donde la estabilidad democrática está siendo cuestionada, la protección de estos principios se ha convertido en una de las principales prioridades de la agenda de la UE para el periodo 2024-2029. Para debatir sobre la democracia y el Estado de Derecho en la Unión Europea, Jesús González, director de Canal Europa y Aquí Europa, invitó a representantes de cuatro fuerzas políticas del Parlamento Europeo: Raúl de la Hoz (PP), Juan Fernando López Aguilar (PSOE), Hermann Tertsch (Vox) y Oihane Agirregoitia (PNV-EAJ). Mientras algunos participantes abogaron por una autocrítica profunda y por un compromiso renovado con los valores fundacionales de la Unión, otros desviaron la discusión hacia el desgaste político interno y las polémicas nacionales. Este enfrentamiento, en el que se cruzaron las perspectivas nacionales y europeas, reveló las tensiones sobre cómo abordar las crecientes amenazas a los valores democráticos. Sobre la situación actual del Estado de derecho tanto en los Estados miembros como en el conjunto del bloque, Raúl de la Hoz, del Partido Popular (PP) y miembro del Grupo del Partido Popular Europeo, destacó que el último informe de la Comisión sobre el Estado de Derecho, publicado en julio, refleja una deriva preocupante en España. Según De la Hoz, cuestiones como la independencia judicial, la fiscalía y la libertad de prensa están en entredicho bajo el actual gobierno socialista. "Este Gobierno ha atacado la división de poderes y las instituciones básicas del Estado, no por convicción ideológica, sino por pura conveniencia política," afirmó. De la Hoz destacó que España aparece señalada en el informe en aspectos que deberían ser estándares en cualquier Estado democrático. Criticó la Ley de Amnistía y denunció lo que considera un asalto a la independencia judicial, señalando que estas acciones comprometen gravemente la calidad del Estado de Derecho en el país. Por su parte, Juan Fernando López Aguilar, del PSOE y representante del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, refutó las acusaciones de De la Hoz, asegurando que el informe no posiciona a España entre los países problemáticos de la Unión. López Aguilar enfatizó que las críticas al Gobierno de Pedro Sánchez son, en gran medida, interpretaciones partidistas. "Si ha habido una constante en los informes del estado de derecho en España ha sido precisamente el asalto al Consejo del Poder Judicial perpetrado por quien bloqueó durante nada menos que diez años su renovación", afirmó. En ese sentido, acusó al Partido Popular de ser responsable del bloqueo durante años, calificándolo como una violación grave del orden constitucional. También desmintió las acusaciones de que la amnistía debilita la justicia, argumentando que los jueces han mostrado su independencia al manifestar posiciones críticas. Hermann Tertsch , de Vox y miembro del grupo Patriotas por Europa, acusó tanto al PP como al PSOE de mantener un pacto tácito para controlar las instituciones en su propio beneficio. Según Tertsch, ambos partidos han actuado en connivencia para repartir puestos en el poder judicial y garantizar el dominio del bipartidismo. “Ellos que se pelean tanto aquí delante de la televisión, después todo lo votan juntos, todo lo hacen juntos, gobiernan juntos y nos quitan los cargos en el Parlamento que por la ley d'Hont nos corresponden”, denunció el eurodiputado de Vox. Tertsch también criticó la falta de transparencia de las instituciones europeas, acusando a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, de injerencias políticas y de proteger a gobiernos como el español a pesar de las acusaciones de corrupción. Habló de una Unión Europea que persigue a partidos y Estados que no comulgan con la mayoría socialista y popular. “A ver si vemos qué ha pasado con los Whatsapp de la señora Von der Leyen y de Pfizer durante la pandemia y vemos una serie de cuestiones de negocios que se han hecho aquí, que no están aclarados, qué ha pasado con Rynders, con el Qatargate”, prosiguió. Por su parte, Oihane Agirregoitia , del PNV y miembro del grupo Renew Europe, aportó una perspectiva más institucional, destacando la importancia de las herramientas que la Unión Europea tiene para proteger el Estado de Derecho. Subrayó que el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea establece que el respeto a los derechos fundamentales es un pilar central del proyecto europeo. Reconoció la existencia preocupantes faltas de democracia en países como Hungría, Polonia o Eslovaquia. Sin embargo, recordó que la Unión Europea cuenta con informes de evaluación, procedimientos de infracción y “posibilidad de imponer sanciones a través de ese botón nuclear que es el artículo 7 del tratado y que puede llevar la retirada del voto, incluso cuando existe esa violación grave del Estado de derecho”. Agirregoitia también recordó que el informe de la Comisión señala áreas de mejora para todos los Estados miembros, incluida España. Entre ellas, mencionó la necesidad de reforzar la transparencia en los conflictos de interés y mejorar la regulación de los grupos de presión. "España, al igual que otros países de la Unión que tienen deberes por hacer, tiene su recorrido y esperemos que lo haga”, añadió. En clave nacional En su turno de réplica, de la Hoz destacó lo que consideró una situación alarmante en España respecto a la separación de poderes. Según él, "los responsables de lo que está sucediendo en España no pueden ser aquellos que, desde la oposición leal, intentan denunciar las aberraciones que están ocurriendo". Criticó duramente al Gobierno, al que acusó de atacar la independencia judicial y de insultar a jueces por resoluciones contrarias a sus intereses. De la Hoz añadió que el Ejecutivo estaba ignorando las bases de la democracia para mantenerse en el poder, pactando con partidos que, según él, buscan desmantelar el Estado: "Es lamentable que el gobierno de mi país esté condicionado por quienes no creen en nuestro proyecto nacional ni en la división de poderes". El socialdemócrata López Aguilar, replicó con una defensa de la madurez democrática de España, subrayando que "España ha cumplido 46 años de Constitución democrática, convirtiéndose en una de las más longevas de su historia". Rechazó las críticas de De la Hoz, afirmando que el Partido Popular proyecta una imagen distorsionada de España en Europa, presentándola como una democracia fallida: "España es una democracia que merece respeto. Decir que el Gobierno pacta con energúmenos o que estamos en una deriva autocrática es faltar a la verdad". También defendió que la crítica a resoluciones judiciales es parte de una democracia saludable y no un ataque al sistema judicial, como sostenía el PP. El tono del debate subió con la intervención de Tertsch , de Vox, quien aseguró que la democracia española está siendo destruida por un Gobierno que, según él, ha pactado con "criminales" para garantizar su mayoría parlamentaria. Tertsch acusó al Ejecutivo de impulsar una amnistía "ilegal" y de gobernar sin proyecto ni rumbo claro: "España es ahora mismo la democracia más destruida de la Unión Europea". Además, arremetió contra el manejo de la deuda y las cifras económicas, que calificó como manipuladas, y afirmó que el presidente Sánchez "se comporta como un Ceausescu", aludiendo al dictador rumano. Por su parte, la eurodiputada jeltzale, instó a las partes a abandonar posturas extremistas y partidistas, recordando los retos que enfrenta Europa en materia de derechos sociales y competitividad. Agirregoitia pidió al PP que regrese a una posición de centralidad y acuerdos, criticando su aparente acercamiento a movimientos populistas: "Lo único que hacen es utilizar espacios para calar en colectivos vulnerables". Reivindicó la labor del PNV, tanto en Euskadi como en Europa, señalando que siempre ha tenido como prioridad poner a las personas en el centro. El cruce de palabras entre De la Hoz y Agirregoitia marcó uno de los momentos tensos del debate. Mientras el representante popular rechazaba recibir lecciones de centralidad por parte del PNV, Agirregoitia defendió la calidad de los servicios públicos en Euskadi, amparados por el régimen foral reconocido en la Constitución: "Le animo a que revise los informes de calidad de los servicios públicos antes de cuestionarnos", dijo. ¿Tiene la UE herramientas suficientes para garantizar el cumplimiento del Estado de derecho? Raúl de la Hoz defendió la existencia de herramientas en la Unión Europea para garantizar el cumplimiento del Estado de derecho, destacando especialmente la condicionalidad de los fondos europeos. En su opinión, esta herramienta se aplica de manera continua en España debido a que el país no cumple con los compromisos que asume, lo que afecta la entrega de fondos como los del plan Next Generation. A pesar de este mecanismo, también señaló las injerencias externas, como las provenientes de países como Rusia, que, según él, buscan desestabilizar la Unión Europea y debilitar la democracia en su conjunto. El popular destacó que la falta de unidad dentro de la UE facilita estas injerencias y subrayó la importancia de mantener un frente común para defender tanto los valores democráticos como la estabilidad económica. Según él, la división interna es uno de los mayores problemas a enfrentar, citando que "los radicalismos no están ayudando en absoluto a la construcción del proyecto europeo", lo que hace más necesario que los demócratas de la UE se unan para mantener un Estado de derecho fuerte. También mencionó que los acontecimientos actuales en España, que él no valoró directamente, reflejan cómo esa división interna afecta incluso a la política europea. Así pues, apeló a la confianza en las instituciones, especialmente en el Poder Judicial, para restablecer el orden, evitando manipulaciones políticas en la justicia. Aseguró que, a pesar de los intentos de influir sobre los órganos judiciales, el sistema español se encargaría de poner a cada uno en su lugar, incluso si eso no es del gusto de todos. Juan Fernando López Aguilar subrayó que la Unión Europea, desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, ha adquirido una dimensión política con la Carta de los Derechos Fundamentales, vinculante para todos los Estados miembros. A diferencia de Raúl de la Hoz, él defendió que España no tiene un problema sistémico con la calidad democrática, señalando que lo que ocurre es que España tiene un gobierno minoritario que enfrenta dificultades para legislar, como ocurre en otros países de la UE. Según López Aguilar, la situación española no debe ser comparada con la de otros países como Hungría o Polonia, que sí han sufrido una concentración de poderes por parte de gobiernos autoritarios. El eurodiputado socialista expresó su preocupación por la creciente polarización en España, pero también refutó las críticas de que el país estuviera en una crisis de democracia. Señaló que la situación política en España no era única y que gobiernos minoritarios o de coalición con dificultades para avanzar en sus leyes son una constante en toda la UE. En cuanto a las herramientas de la UE, reafirmó que existen mecanismos como la condicionalidad de los fondos, el procedimiento de infracción y la intervención del Tribunal de Justicia, pero insistió en que, en España, esas críticas no deben considerarse un ataque a la legitimidad del gobierno o el sistema judicial, sino parte de la normalidad política. También se mostró crítico con las afirmaciones de De la Hoz sobre el Tribunal Constitucional, explicando que es normal que los procesos de decisión judicial cambien cuando no hay consenso. Para él, las acusaciones de manipulación judicial son infundadas, y remarcó que no se deben crear alarmas innecesarias sobre la independencia judicial en España. Tertsch se centró en las alianzas políticas que, en su opinión, forman parte de un gobierno español “delictivo”. Según él, el gobierno de Sánchez ha establecido acuerdos con "criminales" y "golpistas" para mantenerse en el poder, citando a partidos que, a su juicio, han comprometido la democracia española. De esta forma, Tertsch argumentó que el origen de la crisis política en España se encuentra en la falta de legitimidad de esos pactos y que estas alianzas son el "pecado inicial" que ha llevado a los problemas actuales. Además, acusó al gobierno de sabotear las ayudas a las víctimas de las DANA, mencionando las conexiones con el narcotráfico y las dictaduras de Venezuela. Tertsch también criticó el papel de la Comisión Europea, acusándola de ser una "reinecilla” que impone ideologías, como la aceptación de ciertos derechos en las escuelas, sin tener en cuenta la soberanía de los países miembros. En cuanto a las sanciones contra países como Hungría, Tertsch justificó la postura de los gobiernos que defienden su soberanía frente a imposiciones de la UE, sobre todo en temas como la educación de los niños en relación con la diversidad de género En un tono más conciliador, Agirregoitia señaló estar de acuerdo en ciertos puntos con Raúl de la Hoz y Juan Fernando López Aguilar, pero no así con Tertsch. Subrayó la necesidad de trabajar de manera conjunta para defender los valores democráticos y del Estado de Derecho en Europa. Destacó un informe reciente que abordaba la pérdida de valores democráticos en varios países de la UE, incluyendo Hungría y Polonia, y enfatizó la importancia de fortalecer mecanismos como la condicionalidad de los fondos europeos, para garantizar que no se otorguen recursos a países que no respetan los valores fundamentales. En su opinión, un enfoque más firme en estas áreas podría ser clave para evitar el avance de movimientos extremistas y populistas. Aunque Agirregoitia reconoció los problemas de calidad democrática en algunos países de la UE, insistió en que las herramientas disponibles deben ser mejor utilizadas para proteger los derechos de los ciudadanos y evitar que las divisiones internas favorezcan a estos movimientos. Según ella, los informes anuales y el trabajo de la Fiscalía Europea son esenciales para asegurar que todos los países cumplan con los estándares democráticos, recordando que lo que está en juego es el bienestar de las personas. Conclusiones En las conclusiones del debate, las posturas de los participantes se revelaron en torno a los retos que enfrenta la Unión Europea, destacando las tensiones ideológicas y los desafíos de mantener sus valores fundamentales. Hermann Tertsch expresó su desacuerdo con la dirección actual de la Unión Europea, considerando que la mayoría de los representantes presentes en el Parlamento Europeo estaban llevando el proyecto europeo por un "camino muy malo". Afirmó que el partido al que representaba estaba siendo "marginado" y que les habían "quitado todos los cargos que nos corresponden como tercer partido". Tertsch señaló que la población europea estaba "respondiendo masivamente" a esta situación, y que en las próximas elecciones se verían consecuencias importantes. Según él, el futuro de Europa debía pasar por el "respeto a las naciones" y por la posibilidad de que los gobiernos conservadores pudieran implementar sus políticas "sin ser perseguidos desde Bruselas por los representantes de estos tres partidos y la presidenta de la Comisión". De este modo, abogó por una Europa que respetara la voluntad de los electores y la dirección elegida por cada gobierno nacional. Por su parte, Oihane Agirregoitia rechazó la idea de que el debate girara únicamente en torno al reparto de cargos y la polarización ideológica. Para ella, lo importante era "hacer política de verdad" y reforzar el proyecto europeo en lugar de deslegitimarlo. Agirregoitia argumentó que la situación era "muy sencilla" y que la única forma de avanzar era a través de "la transparencia, la honestidad, el reconocimiento de las dificultades y llegar a acuerdos con los diferentes". Según su visión, lo que estaba en juego eran los "valores democráticos" y la capacidad de la Unión para solucionar los problemas reales de la gente, sin caer en la crispación. Raúl de la Hoz , en su intervención final, también destacó la importancia de encontrar más puntos en común que de discordia entre los países de la Unión Europea. Afirmó que "hay muchas más cosas que nos unen de las que nos separan" y subrayó que estaban "en el lugar ideal para construir Europa". Insistió en que lo importante era trabajar por los intereses de los ciudadanos, sin importar las diferencias ideológicas. De la Hoz expresó su deseo de colaborar "con todos aquellos que nos quieran ayudar a la consecución de los objetivos", independientemente de sus afinidades políticas, y señaló que más allá de los "juegos de equilibrios" dentro del Parlamento, su prioridad era "lo que está sucediendo con el campo español, lo que está sucediendo con la industria española, lo que está sucediendo con los servicios públicos en España". De este modo, abogó por un enfoque pragmático centrado en los problemas concretos de los ciudadanos, que fueran "españoles, que son europeos, que son, en definitiva, ciudadanos". Juan Fernando López Aguilar adoptó una perspectiva más global, argumentando que la globalización había dado paso al resurgimiento de "pulsiones autoritarias y regresivas nacionalistas" que contradecían los valores fundamentales de la Unión Europea. En su intervención, defendió que la Unión debía mantenerse fiel a sus principios, especialmente a su modelo social y democrático, "corrector de desigualdades", y que no debía imitar a potencias como Rusia o China para competir en el ámbito global. También habló sobre la importancia de defender la Unión Europea frente a "las amenazas que no solo provienen del exterior, Rusia, nuestra vecina", sino que también tienen "complicidades internas", como las tecnologías disruptivas y la desinformación. Según él, la UE debía invertir en valores como la educación y la "alfabetización digital" para "explicar la diferencia entre la verdad y la mentira" y así evitar la polarización y el odio que minan la convivencia y el respeto en la sociedad. Como es costumbre, el moderador del debate y director de Canal Europa y Aquí Europa, Jesús González, cerró el debate citando a un gran pensador. En este caso, citó a Robert Schuman, uno de los padres fundadores de la Unión Europea, quien había afirmado que "la libertad asusta cuando se ha perdido la costumbre de utilizarla", subrayando la importancia de defender siempre los valores fundamentales de la Unión Europea, especialmente cuando están en juego sus principios de derechos y libertades.

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