ANTONIO GUTIERREZ:“NECESITAMOS UNA POLÍTICA EXTERIOR COMÚN QUE PERMITA QUE LOS VALORES DE LA UE SE TRASLADEN A OTRAS REGIONES”

Antonio Gutierrez Limones, vicepresidente del Consejo de Europa, responde a las preguntas formuladas en el programa de Canal Europa “Europa a Juicio”. Durante la entrevista ha hablado de los sentimientos europeos, la pronta presidencia de la Unión Europea del Gobierno de España o la guerra de Ucrania, entre otras. CANAL EUROPA.- ¿Qué significa para usted Europa?

ANTONIO GUTIERREZ.- Para mi generación Europa era un destino. Era una generación que estaba en una democracia incipiente, que era consciente de lo que habían sufrido las generaciones anteriores con una guerra civil y una dictadura y que veían a Europa como la consolidación de un espacio común por el que luchar.

La Unión Europea es, además, el mayor invento del siglo XX contra el totalitarismo y el nacionalismo. Tuvimos dos grandes guerras mundiales y la UE nació bajo el lema de que nunca más habría una guerra, logrando crear el mayor espacio de seguridad y de no conflicto bélico en nuestro territorio durante todo este tiempo. A los ciudadanos les ha servido también como un espacio de libertad, de seguridad jurídica, de respeto de unos con otros.

Si uno analiza la historia se da cuenta de que nuestro país ha crecido cuando hemos salido, y le pasa lo mismo a Europa. El futuro de Europa está fuera de Europa. Tenemos que ser capaces de participar como actores globales en el mundo porque los valores que nosotros representamos son los mejores valores que representan a la humanidad.

C.E.- Usted, ¿cómo gestionas sus identidades? ¿Cuánto se siente usted de andaluz, español, alcalaíno o europeo?

A.G.- Somos parte de un pueblo que nació hace 200.000 años en el sur de África y al final, las fronteras son cicatrices que hemos ido poniendo los hombres a lo largo de nuestra historia, pero no es la realidad.

Yo creo que las identidades forman parte de nuestra cultura, de nuestra lengua, de nuestra forma de entender y de ver el mundo. Pero las identidades significan también ser de una manera, pero compartiéndolo para enriquecerme con el otro, no para confrontar.

Yo me siento andaluz, alcalareño, español y europeo. Considero que somos fundamentalmente personas, que nacemos no solamente para vivir, sino para convivir con el otro.

Además, a lo largo de la historia se ha podido comprobar que los nacionalismos y los populismos nos han llevado a la miseria y a la tragedia. Por lo tanto, seamos identitarios con nuestras culturas, con lo que somos, de dónde hemos sido, pero para compartir y para enriquecernos todos.

C.E.- ¿Qué le pediría usted a la Unión Europea? ¿Qué cree que tiene que mejorar en un futuro cercano?

A.G.- Ahora mismo lo que tenemos en la Unión Europea es una Unión económica. Tenemos una moneda única, estamos libres de fronteras y tenemos una política común en materia comercial. Por lo tanto, lo que le falta a la Unión Europea es convertirse en una unidad política, y para eso necesitamos una fiscalidad común, una política de asilo e inmigración, necesitamos una política energética común y una política de defensa y exterior común. Sobre todo, si queremos jugar a ser un actor global.

Creo que, si hay que pasar por una crisis existencial, ahora es el momento. En este momento los europeos son conscientes de que necesitamos una defensa, una política exterior, una autonomía estratégica y una autonomía energética. Desgraciadamente, han sido hechos como una pandemia o una guerra, como la que estamos soportando y viviendo, los que nos hacen ver la realidad de que en Europa nos dividimos en países pequeños y en aquellos que aún no se han enterado de que son pequeños.

En el mundo global en el que queremos competir tenemos que hacer posible esa unidad política. Ese es, en mi opinión, el gran reto que tiene la Unión Europea en los próximos años.

C.E.- Después de más de tres décadas en política, ¿ve usted a la población cerca o lejos de los políticos?

A.G.- He sido alcalde de Alcalá de Guadaíra 21 años, y por ello considero que ese es el espacio más bonito que uno puede ocupar en política, ser alcalde y representar a tus vecinos y vecinas.

Yo he entendido siempre la política como la cercanía o el trato con los ciudadanos. Los que somos políticos somos personas al servicio de personas, no somos otra cosa. Por tanto, observo con tristeza como hoy, todos los que nos dedicamos al servicio público o a la política, estamos muy alejados de la realidad de la calle.

Hay una responsabilidad muy grande por parte de los grandes partidos en este país de hacer una labor de pedagogía. Hemos polarizado demasiado el tema, hemos crispado demasiado el ambiente político y social, y eso tiene sus repercusiones. Tenemos que recuperar esos espacios de consenso y de convivencia, que son los que hacen la política.

C.E.- Usted es vicepresidente del Consejo de Europa, una institución que se creó para defender los derechos humanos. Desde hace un año estamos viviendo una terrible guerra en el continente. ¿Cómo la ha vivido usted desde el propio Consejo de Europa, qué escenarios cree que son los que vamos a tener en este segundo año de contienda?

A.G.- Considero que ha sido lo más duro a lo que el Consejo de Europa se ha enfrentado. Esta institución se creó para que, a través de los valores del Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos, pudiéramos conseguir un espacio común, no solamente en la Unión Europea, sino en todos los países que lo conformamos, ahora 46 porque expulsamos a la Federación rusa cuando comenzó la agresión y la invasión de Ucrania. Creíamos que esos valores se iban a imponer siempre en una mesa de diálogo y de acuerdo, pero Putin lo rompió en su momento con la invasión de Crimea.

Ahí muchos ya advirtieron que iba a seguir la agresión rusa en Ucrania y así ha sucedido. Y la verdad es que quizá ha sido el mayor shock. Nunca pensamos que de nuevo en Europa podríamos tener una contienda de estas características. Por lo tanto, ahora mismo ese es el eje motor de todas las actividades del Consejo de Europa.

No sabemos cómo va a evolucionar esto. No sabemos hasta dónde quiere llegar Putin, sólo que ha dicho que la guerra va a llegar hasta el final. Por lo tanto, lo que sí tenemos muy claro todos los europeos, es que Putin no puede ganar esta guerra, porque no es una guerra solamente entre Rusia y Ucrania, sino que es una guerra entre la autocracia y la democracia, es una guerra entre nuestros valores y, por lo tanto, aquí tenemos que estar todos juntos.

Ahora mismo, los europeos y todas las democracias estamos luchando frente a Putin y espero que en este frente común y esta unidad que mantenemos, Putin llegue a convencerse de que es imposible que pueda ganar esta guerra y que se llegue por lo tanto a un espacio de entendimiento, un espacio de paz y un espacio de diálogo donde podamos resolver este conflicto que tanto daño está haciendo.

C.E.- El 1 de julio empieza la presidencia española de la Unión Europea, ¿cuáles cree usted que deben ser las prioridades? Y, sobre todo, ¿cómo cifraría usted el éxito de esa presidencia?

A.G.- La presidencia española viene en un momento que ha generado un montón de expectativa porque estamos en una situación de crisis existencial en la Unión Europea, producida por muchas causas, la crisis de 2008, los atentados terroristas, el Brexit, la pandemia y ahora la guerra.

Todo eso genera que se planteen unos grandes retos como, ¿qué queremos ser la Unión Europea? Y yo creo que eso lo tiene muy claro el presidente Pedro Sánchez, que ya ha dicho que la prioridad será la autonomía estratégica en cuanto a que tengamos autonomía en el tema industrial propio de temas básicos; que seamos capaces de combatir con medios propios situaciones como la pandemia; o que logremos una autonomía energética que permita una mayor competitividad de nuestra industria en nuestras empresas y que nosotros dependamos de nosotros mismos.

Después de eso, yo creo que hay más retos. En temas de política exterior y de defensa, por fin nos hemos dado cuenta de que necesitamos tener una política de disuasión. Con un ejército propio puedes hacer política y seguramente no tendrás que utilizar las armas, pero hay que tenerlas para poder establecer tus valores allí, como actor global. En ese sentido, creo que necesitamos una política exterior común que permita que los valores que emprendamos la Unión Europea sean capaces de ser trasladarse a otras regiones.

Para lograr esto tenemos que unirnos. Somos pequeños en un mundo global y competimos contra China o Estados Unidos. Tenemos que buscar esas regiones euro compatibles, como Latinoamérica. Latinoamérica tiene que estar definitivamente en la agenda europea durante la presidencia de la Unión Europea.