360 grados: 20 años de última ampliación UE y una próxima a 36

La Unión Europea registró en 2004 la mayor ampliación de su historia, lo que ha dado lugar a modificaciones profundas de su composición y dinámicas internas. Unas modificaciones que también tendrá que afrontar y negociar el futuro Parlamento que salga de las urnas tras las elecciones del próximo mes de junio para llegar a una UE de 36. El pasado miércoles se cumplieron 20 años de esa ampliación con diez nuevos miembros al club comunitario, al integrarse Chipre, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia.

“Hoy es la ampliación más grande en la historia de la Unión Europea y no será la última”. Así daba la bienvenida el presidente de la Comisión Europea en 2004, el italiano Romano Prodi, a esos diez nuevos

Así, la UE no solo pasaba de 15 a 25 Estados, sino que hacía patente la extensión del modelo europeísta tras la caída del llamado ‘Telón de Acero’, que separaba simbólicamente durante la Guerra Fría a los países del este con influencia soviética del resto de vecinos europeos.

La siguiente ampliación fue más corta, con ella llegaron Bulgaria y Rumanía en 2007 y Croacia, en 2013. La adhesión de este último país se produjo después de un proceso de negociación que también puso en evidencia las preocupaciones sobre la corrupción y la adaptación al acervo comunitario.

La paz, la estabilidad y la democracia se han visto respaldadas y fortalecidas en Europa con estas ampliaciones. También ha creado un mercado único más grande, impulsando el comercio y las economías de los países miembros. Pero también han traído desafíos como desigualdades económicas entre los estados miembros, tensiones en la política de cohesión y complicaciones en la toma de decisiones.

20 años después de esa ampliación más numerosa hacia el este en 2004, la Unión Europea se encuentra otra vez en una situación similar. Siete nuevos países, también en su mayoría antiguas repúblicas soviéticas, son candidatos a formar parte de los Veintisiete: Bosnia y Herzegovina, Georgia, Moldavia, Montenegro, Macedonia del Norte, Albania, Serbia y Ucrania, y este último país, además, actualmente en guerra con Rusia desde hace más de dos años.

Esta ampliación tiene varias velocidades, así, países de los Balcanes Occidentales como Serbia, Montenegro, Albania y Macedonia del Norte están en diversas fases de negociaciones de adhesión y la UE ha expresado su compromiso de integrar a estos países como parte de una estrategia de estabilización regional, no ocurre lo mismo con Bosnia y Herzegovina, considerado como candidato potencial, aunque con muchos desafíos políticos y económicos por superar.

Por otro lado, está el caso de Turquía, cuyas negociaciones de adhesión comenzaron en 2005, aunque esas negociaciones han estado prácticamente congeladas debido a preocupaciones relacionadas con derechos humanos, democracia y otros asuntos políticos.

Con la invasión rusa en Ucrania, su presidente Volodímir Zelenski, expresó y aceleró su interés en unirse a la UE, especialmente en el contexto de conflictos geopolíticos y búsqueda de mayor seguridad y desarrollo económico. En 2023, Ucrania, Georgia y Moldavia fueron otorgadas el estatus de candidatos.

La ampliación de la UE ha sido y sigue siendo un proceso complejo que equilibra la expansión territorial con la integración política y económica profunda. El futuro de la ampliación dependerá de cómo la UE y los países candidatos puedan manejar estos desafíos. La ampliación no solo es un proceso técnico sino también profundamente político, reflejando las visiones sobre el futuro de Europa.

Desde el Consejo de Europa, su presidente, Charles Michel, ha fijado el 2030 como fecha para las próximas incorporaciones. A todo esto, habrá nuevo Parlamento en este otoño, que tendrá que lidiar con las iniciativas puestas en marcha para una reforma interna de las reglas del juego del club de los 27 y afrontar la adhesión de los países candidatos.