No cabe duda que el gran hito de 2024 en lo que se refiere al proyecto europeo lo constituirán las elecciones europeas que se celebrarán del 6 al 9 de junio próximos. De las urnas saldrá, no solo la nueva composición de la Eurocámara, sino los pactos de las familias políticas que harán posible los nombramientos clave en las instituciones de la UE. Tocará renovar caras, pero también en gran medida, prioridades de la agenda europea, baqueteada hoy por la incertidumbre y las crisis internacionales. Previamente, una presidencia semestral disminuida, la belga, pues, Bruselas entrará en periodo de campaña en mayo. Cuatro meses escasos en los que tratar de cerrar asuntos de urgencia como la renovación intermedia del Marco Financiero Plurianual 2021-2027, con una cita crítica, el Consejo Europeo extraordinario del 1 de febrero. Pero el 2024 viene marcado de nuevo por la guerra en Ucrania, que casi culmina ya su segundo año de conflicto y que sigue condicionando las decisiones de los 27.